Los infortunios deciden el derbi

El tan esperado derbi de la ciudad de Murcia, entre dos aspirantes a play off y al consiguiente ascenso, finalizó tal y como empezó, con tablas en el marcador. El encuentro, además del atractivo de ser un duelo entre conjuntos con territorio y objetivo común, tenía el plus añadido de ver por primera vez a los nuevos cromos fichados en el mercado invernal. De esta forma, el delantero Manu Onwu se estrenó de titular con la casaca universitaria, al igual que Charlie Dean hizo lo propio con la grana. De entrada, eran las dos únicas caras nuevas en los esquemas de Campos, técnico universitario, y Salmerón, preparador grana. 

Partida de ajedrez

La primera mitad fue como el día, nublado y gris. En los primeros cuarenta y cinco minutos ningún equipo logró disparar a puerta e inquietar al guardameta rival. Salmerón, como es habitual, blindó el centro del campo con tres jugadores más pendientes de contrarrestar el juego del rival que de proponer fútbol. Mateos, central reconvertido a mediocentro, junto a Armando y Juanma, además de los cuatro de atrás, neutralizaron toda posibilidad de ataque del UCAM.

Campos, sin llegar a tal extremo, alineó a Kitoko y a Bustos en del doble pivote para igualar la batalla física, pero colocó por delante a Isi Ros buscando desequilibrio en línea de tres cuartos. Quizás el de Mazarrón recordó esta semana el daño que le hizo el extremo del UCAM al lateral murcianista en el duelo de la primera vuelta en Nueva Condomina. Pero esta vez, en un terreno de juego de dimensiones reducidas y con el equipo habiendo aprehendido las directrices de Salmerón, le fue más difícil a un Isi Ros que no termina de explotar su potencial, a la vez que en ocasiones está más pendiente de las provocaciones que del juego. 

El primer capítulo del segundo derbi de la temporada entre UCAM y Murcia estuvo repleto de saltos, golpes, luchas y protestas. Quedaba patente que los dos equipos se jugaban mucho y tenían miedo a cometer un error que les pudiese costar muy caro. La jugada más destacada del conjunto universitario la protagonizó Marc Fernández. El catalán volvió a lucir su característico 'gambeteo' tras girarse zafándose de su marcador, pero su disparo lo desbarató providencialmente Charlie Dean, que completó un notable encuentro junto a Molo, dos de las nuevas incorporaciones del club grana. Los universitarios se podrían haber adelantado en el marcador si Sureda Cuenca hubiera interpretado como voluntaria la mano de Charlie Dean tras pase de Julen Colinas. Lo cierto es que esta se encontraba de forma natural y aunque el jugador protestó, el colegiado no señaló la pena máxima. Por su parte, el Murcia intentó abrir el marcador a balón parado, pero tampoco creó peligro de esta forma. A un remate de Pedro Martín desviado sobre la portería de Javi Jiménez se redujo el bagaje grana.

Paso universitario

En la segunda mitad la batalla física continuó, pero UCAM fue capaz de pisar campo contrario con mayor asiduidad ronpiéndo así la muralla defensiva grana. Marc Fernández avisó con su remate desde dentro del área, tras centro de Carlos Moreno, pero no pudo contactar cómodamente con el esférico y este se marchó alto. Conforme pasaban los minutos, los de Campos empezaban a combinar mejor y, sobre todo, a encontrar espacios a la espalda de los defensores, inexistentes hasta el momento. Para muestra, la opción más clara de los locales antes del gol: Isi Ros conectó con Marc Fernández, que pisando área, se la devolvió en forma de penalti en movimiento, pero el de las Torres de Cotillas, con tiempo y espacio para elegir dónde colocar el balón, disparó al muñeco. A pesar del error, los universitarios siguieron generando ocasiones. Onwu recogió el cuero dentro del área tras otra jugada individual de Marc, pero Dean volvió a estar expeditivo al corte. 

Con el 'cerocerismo' planeando sobre La Condomina a poco más de quince minutos para el pitido final, los entrenadores se dispusieron a mover las primeras piezas. Pedro Martín, trabajador pero sin apenas incidencia, dejó su lugar al nigeriano Chrisantus, que disfrutaba de sus primeros minutos con el Real Murcia. Instantes después, el canterano Juanma se sentó en el banco para que entrase David Sánchez. A su vez, Campos dio entrada a Abel Gómez, en sustitución de un Isi Ros cansado y con amarilla por un encontronazo con Forniés, que mereció ver la segunda cartulina en esa acción, y a Gerard Oliva por un fatigado Onwu. El catalán sufrió un tirón en la espalda durante el calentamiento, por lo que tuvo que jugar mermado físicamente.

Con Abel Gómez sobre el verde se acrecentó la superioridad del UCAM Murcia y en apenas siete minutos llegó el gol. Antes de ello, botó un corner que finalizó con un nuevo remate de Marc Fernández, que se marchó lamiendo el poste de la meta murcianista. Acto seguido, el Murcia pisaría el área por medio de Chrisantus, cogiendo desajustada a la zaga universitaria por primera vez en todo el encuentro. Haciendo un esfuerzo brutal, debido a que nos encontrábamos en los últimos instantes del encuentro, Julen Colinas realizó la cobertura a sus compañeros y envió el balón a corner. Y, paradojas del fútbol, de ese saque de esquina nacería el tanto del UCAM. Javi Jiménez despejó de puños, Abel recibió en campo propio, tiró una pared con Víctor García y se dispuso a cabalgar libre de marca -David Sánchez le perseguía con la mirada y la lengua fuera- y ya dentro del área se la dejó a Colinas que le doblaba, este puso el centro, tocó en Orfila y se introdujo en la portería por el primer palo, el que debía defender Biel Ribas.

La reacción no se hizo esperar, el Murcia tenía ocho minutos más el descuento para al menos intentar salvar un punto. Elady Zorrilla, haciendo la guerra por su cuenta, se vistió de Messi y fue driblando a trancas y barrancas a todos los defensores que iban apareciendo hasta plantarse en el interior del área, donde puso el balón para que rematase Carlos Martínez, pero no consiguió contactar con él. Salvo esta acción, daba la sensación de que el UCAM tenía el encuentro controlado y que al Murcia ya no le quedaban fuerzas para sorprender a su rival.

Carlos Moreno no puede seguir

En el fragor de la dura batalla, los universitarios perdieron a uno de sus soldados, que ya no podía ser reemplazado por otro porque José Miguel Campos, jefe de la tropa azuldorada, minutos antes había dado entrada a Urko Arroyo por Julen Colinas, completamente vacío físicamente por la exigencia del choque. Conscientes de esto, ya con el tiempo añadido, Forniés decidió atacar por el costado herido, el que ocupaba durante todo el partido el lateral que se encontraba fuera del terreno de juego, llegó a línea de fondo como un titán y puso un balón raso para que Chrisantus solo tuviera que golperarlo con la puntera. El nigeriano no falló, rescatando un punto y llevando al éxtasis a sus aficionados.. 

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