Una vez más, la permanencia en Primera División es una complicada tarea para el Deportivo de La Coruña. Ya son 4 las temporadas en las que ha tenido que pedir el tiempo extra el club coruñés llegando al final de la campaña, donde siempre ha estado apurando los puntos para no acabar descendiendo. Una triste situación, de la que no parecen levantar cabeza. Un problema difícil de tratar, tanto desde la zona técnica como desde los jugadores de campo.

La directiva ha decidido efectuar cambios en el área de los banquillos, para ver si esta vez el dado salía con los buenos números de la fortuna. A fin de cuentas, en estos casos se tiene que dar con la clave tras probar y probar, una y otra vez. Ahora, los deportivistas se han encomendado al veterano neerlandés Clarence Seedorf. El ahora entrenador holandés ha llegado al RC Deportivo de La Coruña hace un par de semanas, y no ha comenzado de la mejor forma posible.

Un empate y una contundente derrota. El reparto de puntos frente al RCD Espanyol parecía significar un punto de inflexión en la trayectoria descendente que trazaba el club gallego. La afición recuperó, por un instante, la esperanza de que su equipo aún tuviese algo que decir en esta temporada. Pero después del partido en Getafe, se vuelve a presagiar que el equipo herculino está más cerca de la muerte que de la supervivencia.

La esperanza es mínima para los blanquiazules. Teniendo en cuenta que sus rivales más directos están cogiendo una buena racha durante los últimos encuentros, el equipo cada vez ve más minada su moral. Clarence tiene una difícil papeleta por delante. Si quiere por fin hacerse un renombre como entrenador profesional, el primer paso sería el salvar al Deportivo del que parece su lúgubre destino.

Esto debe pasar por hacer efecto sobre los jugadores. Existe una gran pasividad respecto al ritmo de los partidos, que exhaspera a la grada de Riazor. El cambio comienza por volver a motivar a su plantilla para que vuelvan a creer que una temporada más en Primera es posible.

El estandarte en el que se tendría que fijar el técnico de los Países Bajos es Florín Andone. El rumano es el jugador que más se presta, en todos los sentidos, en el terreno de juego. Tras el decepcionante regreso de Lucas Pérez, que dio mucho que desear y poco que ofrecer, ahora es el ex del Córdoba el que crea grandes sensaciones en la afición coruñesa.