Se anticipaba un final trágico en Alicante para el Hércules, con un más que probable doloroso empate y una muerte ya anunciada por las opciones de entrar a los playoff. Pero no se contaba con una persona llamada: Alejandro Tarí, delantero de los blanquiazules. Fue el elegido para instaurar una mínima esperanza en detrimento de los formenteranos que se hunden en la tabla y se complican la permanencia.
Artacho Cobo dio comienzo a un partido de vital importancia para ambos conjuntos. El Formentera quiso dar un paso adelante desde los primeros instantes y empezó controlando el balón en el centro del campo. Poco duró el dominio de los baleares. A los 10 minutos eran los alicantinos los que campaban a sus anchas con el esférico, pero eran pocas las ocasiones y un ritmo interrumpido constantemente.
Se mostraron las carencias ofensivas del Hércules. Con alguna que otra ocasión pero con una inseguridad que desesperaba a sus aficionados llevando el "runrún" a la grada. Tras alguna oportunidad de gol se llegó al descanso con los silbidos en el coliseo blanquiazul y con un Formentera que seguía muy vivo en el partido, demostrando tener una buena defensa o el Hércules un mal ataque.
Algo debió suceder en los vestuarios. El equipo de la terreta salió al verde, siendo otro. Con más intensidad y con ganas de comerse al rival. Las ocasiones se precedían y el gol parecía que no tardaría en llegar, pero el Formentera aguantaba bien el arreón de los alicantinos. Se desperdiciaba ocasión tras ocasión y la desesperación de la grada se hacía notar en el campo.
En el minuto 67 cambiaría el partido. No fue ningún gol, ni ocasión clara. Entraría al campo Tarí, que haría soñar a la afición con un gol en el 90 que sitúa al Hércules a 4 puntos del playoff, a la espera de lo que hagan los rivales directos. Pero como en toda buena historia, siempre hay un perjudicado, la SD Formentera, que se aleja de los puestos de permanencia y que tendrá que luchar y mucho por seguir otro años más en la categoría de bronce.