El conjunto albaceteño regresaba al Carlos Belmonte, donde se han vivido tantos momentos gloriosos esta temporada. Tras lograr por primera vez en lo que va de campaña encadenar dos victorias seguidas, los manchegos saltarían al césped con el objetivo de lograr la tercera. No era imposible, pues como locales son temibles. El Albacete además estaba motivado también por el sueño de alcanzar el playoff de ascenso, pues una victoria hoy los habría dejado a un pasito de ello.

Pero el rival que había enfrente no era un cualquiera, Osasuna es un histórico del fútbol español y esta temporada es uno de los firmes candidatos a conseguir el ascenso a la Liga Santander, competición donde el año pasado jugaba el conjunto navarro. Los de Diego Martínez llegaban a la capital manchega como sextos clasificados, con lo que defendían los puestos de promoción.

Las tarjetas marcaron el ritmo

La primera parte del encuentro estuvo marcada sin duda por la polémica, por la cantidad de faltas señaladas por el colegiado y también por el número de tarjetas amarillas mostradas.

Se mostraron 8 tarjetas en la primera mitad, una de ellas roja

En el minuto 1 ya se vio la primera, pues el jugador de Osasuna Lucas Torró, sería el primer amonestado. Los primeros compases fueron blancos, el Albacete había salido a su estadio a ganar, y en el minuto 4 Bíttolo amarraba una ocasión clarísima de anotar un primer tanto que nunca llegaría. Tras ese fallo, el conjunto de Enrique Martín continuó con su dominio, pues el Osasuna estaba perdiendo una gran cantidad de balones.

Aún así, el partido enseguida se transformó en un encuentro brusco, sin nada de fútbol y con muchas interrupciones. El balón estaba más tiempo fuera del terreno de juego que dentro. Tampoco se producían las ocasiones, pues los delanteros de ambos equipos estaban desaparecidos, o más bien, inutilizados por las defensas rivales.

El conjunto rojillo fue finalmente quien dio un paso al frente y se intentó adueñar del encuentro, pero sin éxito, pues las ocasiones seguían brillando por su ausencia. Lo más destacado de los primeros 45 minutos fue la expulsión al argentino Saveljich, tras ver la segunda amarilla en el minuto 43.

Se llegó al descanso por tanto con un Albacete con un hombre menos que protestaba a más no poder al colegiado del encuentro.

La magia tampoco apareció en la segunda parte

Lo esperado era que, al verse el Osasuna en superioridad numérica, obtuvieran total control sobre el esférico y el Albacete fuera un juguete, pero no fue así. Enrique Martín transformó el 5-3-2 en un 4-4-1 que seguía manteniendo el mismo poderío de siempre en defensa.

Por lo tanto, el partido era una copia de lo que se había vivido hasta entonces. Alrededor del minuto 60, era el Osasuna quien parecía comprender que tenían la sartén por el mango y debían de actuar, pero seguían sin lograr nada. El buen planteamiento defensivo de Enrique Martín obligó a los navarros a tener que buscar hasta en dos ocasiones el disparo desde fuera del área para hacer sufrir algo al Albacete.

Fue solamente al final del partido cuando parecía que podía moverse el marcador. En el minuto 80, el capitán del Osasuna casi se introduce el balón en su propia meta al despejar el balón, y cuatro minutos más tarde, Tomeu Nadal “tiró” de reflejos para sacar un balón que se había envenenado ya que había rebotado en un zaguero del equipo manchego.

Reparto justo de puntos

Así finalizó el partido, tal y como lo empezó, con un 0-0 que apenas estuvo cerca de romperse. Este empate, distancia un poquito más a los de Enrique Martín del descenso tras la derrota de la Cultural Leonesa, pero los de Diego Martínez, teniendo en cuenta que jugaron 47 minutos con uno más y que mantenerse en el playoff es difícil, deberían haber sacado dos puntos más para dar por buena la visita a Albacete.