El derbi es uno de esos partidos escaparate donde los jugadores tienen la oportunidad de demostrar a vista de todo el mundo de lo que son capaces. Quizá este descafeinado derbi, sin nada en juego salvo el orgullo de quedar por encima del vecino, no era necesario para constatar lo que es una obviedad desde hace ya mucho tiempo, pero por si había alguien que dudaba que Oblak fuese el mejor guardameta del mundo ayer no le quedó otra que admitir la mayor.

El Atlético de Madrid consiguió 1 punto en el Bernabéu que le hace casi finiquitar la segunda plaza. Antoine Griezmann volvió a maravillar al mundo anotando por tercera temporada consecutiva en el feudo madridista. Thomas Partey se consolidó como el gran jugador que viene siendo en una de las plazas más complicadas. Diego Pablo Simeone volvió a hacer historia consiguiendo puntuar en Chamartín por quinta temporada consecutiva…

Pero si ayer sobre el césped hubo un protagonista ese no fue otro más que JAN OBLAK. Una vez más demostró ser un portero mayúsculo, parando lo imposible en todo un Bernabéu y ante todo un Real Madrid y todo ello con la tranquilidad del que está acostumbrado a convertir lo extraordinario en habitual y la genialidad en rutina.

La primera mitad comenzó con un Atleti inoperante, tanto en ataque como en defensa y un Real Madrid que encontró más fisuras de las habituales en el rocoso sistema defensivo rojiblanco a través de centro laterales. Y así llegaron las mejores ocasiones de los merengues. Corría tan solo el minuto 9 de encuentro cuando Varane prolongó un córner desde la izquierda para que Cristiano Ronaldo totalmente solo a un metro de la portería empujara la pelota al fondo de la red, pero Oblak tenía ganas de empezar pronto con su exhibición y sacó el balón en la línea. Cristiano no se lo podía creer y lo siguió intentando, pero tampoco desde fuera del área había quién batiera al esloveno. Sin embargo, la más clara volvió a llegar en un balón lateral que tras un rebote se le quedó franco a Raphael Varane que golpeó con todo el balón, esta vez el guardameta rojiblanco se valió de su rapidez y colocó el cuerpo para desbaratar la ocasión más clara de los blancos.

Pero al actual Zamora de LaLiga todavía le quedaba una más en el repertorio. En el minuto 90 voló para despejar a mano cambiada una gran falta de Sergio Ramos, era la última de la colección, la más estética, la de la foto para completar otra soberbia actuación del mejor portero del mundo que por cierto sigue sin recibir una oferta de renovación del Atleti, que cosas.