La Liga está al rojo vivo. A falta de cinco jornadas para la conclusión del ejercicio 2017-2018, la lucha por los puestos de Europa League está más bonita que nunca. Con la Champions y el descenso prácticamente decididos, la pugna por la segunda máxima competición europea, que incluye a Betis, Sevilla, Celta, Getafe, Girona o el propio Villarreal, continúa otorgando emoción a los últimos coletazos del campeonato doméstico. Y los de Javier Calleja parecen haber reaccionado en el momento clave de la temporada. 

Después del grave bache de resultados sufrido en febrero, el Submarino se levantó con dos triunfos consecutivos, ante UD Las Palmas (0-2) y Atlético de Madrid (2-1), solo para volverse a ver inmiscuido en una mala dinámica con dos derrotas seguidas a principios de este mes, frente a Málaga (1-0) y Athletic Club (1-3). El pasado sábado, se vio de nuevo a un competitivo equipo en el Pizjuán ante el Sevilla, con un gran partido que casi se salda con tres puntos importantísimos, pero la épica y el coraje del conjunto hispalense revirtieron el marcador iniciado por Dani Raba y Carlos Bacca, conformando el 2-2 definitivo. Pese a la concesión del empate luego de un claro 0-2, los amarillos jugaron un muy buen partido, rompiendo con la mala imagen desplegada en los dos encuentros anteriores. El pasado martes, se confirmaron las buenas sensaciones. 

El Villarreal recibía al Leganés, bestia negra del equipo durante la presente temporada, luego de caer eliminados en Copa ante el conjunto pepinero y perder por 3-1 en Butarque el pasado mes de diciembre. Con la mala racha de tres encuentros sin ganar en Liga, los castellonenses necesitaban una victoria balsámica que impulsara al equipo en su pelea por Europa, y acompañase el duro empate cosechado en Sevilla. El cuadro amarillo cuajó una enorme primera mitad, solo recompensada por el gol de Víctor Ruíz al borde del descanso, tanto que ubicaba al Submarino a solo un punto de la quinta plaza (el Betis disputa hoy jueves su partido, ante la UD Las Palmas).

En la reanudación, el guión siguió el mismo camino y concedió un golazo a Bacca, quien ejecutó un tremendo latigazo que se coló en la escuadra de la portería de Cuéllar. Era el 2-0, y el Villarreal buscaba el tercer gol. Sin embargo, la relajación en los minutos finales otorgó una diana de Brasanac, que metía al cuadro madrileño en el choque y recobraba fantasmas para los amarillos. Al final, victoria sufrida y con suspense, pero tres puntos muy importantes. 

El triunfo consolida la actual sexta plaza del Villarreal, que ya suma 51 puntos en la que es, después de la campaña 2011-2012 del descenso a Segunda, la peor temporada en Liga de los últimos años, por puntuaje. Tras el empate del Sevilla en Coruña (0-0) y las tablas del Celta frente al Barça (2-2), los amarillos se distancian en tres y siete puntos respectivamente. Por su parte, las victorias de Getafe y Eibar certifican un colchón de seis y ocho unidades del cuadro castellonense, a falta de ver lo que ocurre hoy con los encuentros de Betis y Girona, siendo el equipo verdiblanco el máximo rival por la quinta plaza. Los partidos que le restan al Villarreal son cinco, tres en su feudo y dos a domicilio. Recibirá a Celta, Valencia y Real Madrid en La Cerámica, mientras que visitará el Camp Nou y Riazor para medirse a Barça y Deportivo. La pelea por Europa sigue más viva que nunca. 

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