“Pobre del que quiera robarnos la ilusión” se canta en el graderío de La Romareda. Y con razón. El Real Zaragoza consiguió una nueva victoria en el coliseo zaragozano frente a la UD Almería por dos goles a uno, lo que le lleva a mantener el sueño de poder estar en el playoff a final de temporada, pues los de Natxo González dormirán este sábado en la cuarta plaza de la tabla con 58 puntos, empatados con el Numancia pero por encima debido al golaverage particular. Un Papu que hizo su mejor partido sin duda con la camiseta blanquilla puso el primero en el marcador, para que Borja sentenciara en el 85. Pablo Caballero marcó el gol del honor en el minuto 93.

Ya se sabía de la importancia de este choque y de todos los que quedan en el Municipal. Así, Natxo González introdujo algunas variaciones en el once titular respecto al de Vallecas, dando entrada a Verdasca cubriendo la baja de Grippo y a Papunashvili en detrimento de Javi Ros, retrasando a Guti al interior. Lo cierto es que el equipo funciona correctamente con cualquiera de estos jugadores.

El duelo no pudo comenzar con más emoción. Los blanquillos consiguieron un par de saques de esquina nada más empezar. En el segundo Borja Iglesias remató a placer el centro de Eguaras, pero Papu, villano pero héroe a la postre, estaba en fuera de juego y según el árbitro influyó en la trayectoria del balón, molestando así al portero del Almería. Gol anulado al minuto y medio de juego. La Romareda se empezó a calentar.

Posteriormente, el Almería trató de circular el balón a lo largo de unos minutos, pero pronto se impuso un Real Zaragoza con las ideas claras y con la ambición mostrada en sus mejores versiones de la temporada. De este modo, los locales se hicieron con el total mando del partido, dejando estéril al Almería sin apenas juego ni ocasiones en toda la primera parte.

Mientras, Papu continuaba con su recital de desequilibrio, colaboración en el juego e incluso de presión y recuperación de balón. Eguaras, en su línea. Fruto de esta presión en la que se vio muy activo a Papu, en el minuto 37 el georgiano logró forzar un error defensivo que hizo que el balón cayera en pies de Pombo. Con muchos metros por delante, se plantó en el área con dos opciones: disparar o dar el último pase al propio Papu o a Borja. Decidió finalizar con un tiro inocente que acabó en manos de René sin ningún apuro. El canterano siguió una jornada más en su mala línea y volvió a ser sustituido en el minuto 56 por Toquero.

Ya en la segunda mitad, los pupilos de Natxo González no salieron tan bien como acabaron el primer acto, por lo que estuvieron un poco más espesos en los primeros minutos. En cambio, poco duró este bache. El Real Zaragoza logró derribar la muralla visitante de cinco defensas en el minuto 56 tras una gran jugada colectiva. Eguaras mandó uno de sus exquisitos envíos a Benito, quien se adentró en el área y la dio para Borja. El gallego no llegó, pero sí lo hizo Papu, que, con un remate no demasiado bueno, logró anotar desde el punto de penalti por segunda jornada consecutiva.

Los blanquillos se vinieron arriba tras el gol y siguieron dominando el juego con alguna ocasión más. Sin embargo, esto también duró menos de lo que se querría y el Almería fue ganando terreno y desplegando la presión a la salida de balón zaragocista con la entrada de Soleri y Óscar, pasando Hicham a la banda izquierda. Así, los de Alcaraz metieron pólvora arriba para hacer daño por bandas con Óscar y Hicham, cuyos centros esperarían dos torres como Soleri y Caballero, el último en entrar.

El Real Zaragoza sufrió durante bastantes minutos, pero el Almería tampoco tuvo ocasiones demasiado claras, solo balones parados mediante saques de esquina y faltas. Las embestidas del Almería no tuvieron efecto y, en el minuto 85, Toquero peinó un saque de puerta de Cristian que le cayó finalmente a Borja. Tras una gran carrera, el ariete hizo un habilidoso recorte en el área y, casi sin ángulo, definió a la perfección ante René.

Aún hubo tiempo para la entrada testimonial de Alfaro por Zapater, despedido con el habitual “Zapater te quiero”, aunque llegó a tener una buena ocasión para marcar el tercero. En cambio, otra cosa habitual en el Zaragoza, se pasó del 3-0 al 2-1. Verdasca y Eguaras no se entendieron y, tras ese desbarajuste defensivo, Caballero encaró portería y anotó en el 93 con un buen disparo desde fuera del área. Gol y pitido final.

El Real Zaragoza consiguió tres puntos de oro en el primer asalto de los siete que quedaban, y lo hizo con una de sus mejores versiones para alegría de la afición zaragocista, tan bien como siempre un día más. Ahora, a por los que restan. Próximo destino: Reus.