Girona y Getafe se repartieron los puntos en un partido muy gris en el Coliseum. Ningún equipo tomó la iniciativa y puede decirse que el empate es un resultado justo. Nadie brilló por encima de nadie en un partido que ganó el que no jugaba, el Sevilla. A los nervionenses les viene como anillo al dedo este resultado, ya que la séptima plaza sigue a su alcance.

El partido empezó muy trabado, con ambos equipos más pendientes de defender que de atacar, conscientes de que un error les podía salir muy caro. Nadie podía permitirse una derrota, algo que en cierta medida explica el empate. En el primer cuarto de hora, el partido fue muy parejo sin que nadie provocara peligro.

Sin embargo, el Getafe jugaba algo mejor y eso lo aprovechó Ángel. Tras una magistral jugada desde su propio campo, le puso un buen centro a Amath para que este marcara a bocajarro el primer gol del encuentro. Bernardo pudo despejar pero estuvo muy desacertado, llegando a facilitar aún más el remate del senegalés. 

El 1-0 animó un poco al conjunto local, que intentó buscar el segundo. El Girona mostraba cierta debilidad en defensa y no se encontraba nada cómodo en el campo, algo que no supieron aprovechar los de Bordalás al no concretar sus oportunidades. Eso sí, la defensa local anuló por completo el ataque gerundense, que no conectó ni una jugada de peligro.

Al filo del descanso llegó el gol del Girona, que le ponía las cosas muy de cara. En un córner a favor de los rojiblancos, Damián Suarez cometió un grave error al propiciar un codazo a Stuani justo delante del árbitro. Esta acción fue sancionada por el colegiado, que indicó penalti y expulsó al defensa azulón. Stuani no perdonó y empató el partido justo antes del final de la primera mitad.

Tras el descanso el conjunto de Machín salió muy enchufado y cómodo en el terreno de juego. Aprovechando la obvia ventaja de ser uno más sobre el verde. La posesión fue rojiblanca pero las oportunidades más claras iban teñidas de azul. Las incontables imprecisiones del Girona no le permitían generar peligro, algo que sí hacía el Getafe cuando salía al contraataque.

En una de esas acciones Bernardo cometió un penalti al empujar a Jorge Molina. El propio jugador valenciano se dispuso a lanzar la pena máxima para volver a adelantar a su equipo, pero la madera se lo impidió. 20 minutos más tarde, en el 86, Molina volvió a encontrarse con el palo tras un magnífico centro de Bruno.

El Girona dominó la segunda parte con superioridad pero no acertaba ninguna acción en zona de tres cuartos. No hubo ningún jugador rojiblanco que estuviera enchufado a la hora de generar ocasiones de peligro. Los minutos finales del partido fueron un constante bombardeo de centros a la portería de Guaita. Sin embargo, ninguno de ellos encontró rematador, cosa que hizo que el 1-1 no se moviera. Tras el pitido final, ambos equipos podían tener la sensación de haber podido ganar, pero también perder.

El empate fue el resultado más justo en un encuentro que nadie mereció ganar. El partido estuvo muy marcado por las constantes interrupciones que hubo. Entre ambos equipos cometieron la friolera cifra de 40 faltas. Además, Hernández Hernández mostró nada menos que 10 amarillas (además de la roja a Damián), y no se puede decir que fueran rigurosas. Dura prueba la que ha tenido que pasar el colegiado canario la semana antes de pitar clásico.

Gracias al empate, los azulones superan al Sevilla en la tabla y ya son séptimos. Los hispalenses tienen un partido aplazado pero la dificultad del mismo (contra el Real Madrid) hace que el optimismo se haya instalado de lleno en la afición azulona. Por parte del Girona, el punto conseguido hoy les permite seguir soñando, empatados con el Sevilla y a un punto del Getafe, las cuentas son muy claras: ganar los tres partidos restantes, que el Getafe pinche en uno de ellos y el Sevilla lo haga en dos.

El calendario permite pensar en ello, ya que el Sevilla tiene por delante rivales de mucha entidad como el Madrid, la Real Sociedad y el Betis. El único partido ante un rival teóricamente inferior a los hispalense es la la visita del Alavés al Pizjuán en la última jornada.

El Getafe, por su parte, recibe al Atlético de Madrid en la jornada 37, partido en el cual los gerundenses depositan toda su esperanza. A parte del partido contra el conjunto de Simeone, los azulones tienen que visitar los campos de Málaga y Las Palmas, ambos ya descendidos.