Un partido que siempre le ha gustado al Real Madrid. Un estadio donde se recuerdan antológicas paradas y auténticos golazos. Los blancos se enfrentarán el próximo miércoles al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán con bastante poco en juego además del segundo puesto. De esta forma, el conjunto de Zidane recuperará el partido que tenía atrasado y se pondrá, en el caso de lograr la victoria, con los mismos puntos que el Atlético de Madrid a falta de dos jornadas por disputarse.
Existen estadios que a algunos equipos les cuesta más visitar y sacar algo positivo. Es el caso de Nervión y Real Madrid: el ente madridista solo ha conseguido ganar en una de sus seis últimas visitas al Pizjuán, la última hace poco más de tres años. Aún así, al aficionado merengue le gusta ver cómo su equipo saca coraje de un encuentro que suele tener un ritmo alto por lo general.
Fuera de Sevilla, la cosa cambia. Los rojiblancos, por su parte, no son capaces tampoco de lograr la victoria en el Santiago Bernabéu. Y es que la visita de esta temporada a territorio madridista no les fue nada bien: al final de la primera mitad, el Real Madrid ya iba ganando por cinco goles a cero. Un resultado que inició una pañolada blanca en el sector de los aficionados del Sevilla, que veían cómo su equipo estaba siendo prácticamente humillado.
Goleada imparable
La superioridad del Madrid en la ida liguera fue descomunal. Tan sólo dos minutos le bastaron para, tras un error en el despeje de un córner, adelantarse en el marcador gracias a la rápida respuesta de Nacho a dicho error. Ese gol fue un presentimiento que decía que algo desastroso les iba a suceder a los visitantes, y nada más lejos de la realidad. Un gran pase de Asensio le proporcionaba a Cristiano la ocasión perfecta para aumentar la ventaja, dejando ver que la defensa sevillista tenía demasiados huecos.
Tal vez sería porque no entendieron el partido desde el inicio. Tal vez porque el Bernabéu les vino grande. Pero está claro que el Real Madrid pasó por encima del Sevilla sin apenas complicaciones cuando el conjunto blanco caminaba por una racha de mal juego. Goles y más goles hacían dudar a la afición merengue de si su equipo había logrado superar ese mal trago de penosos partidos.
Campaña complicada
Como equipo grande de La Liga que es, el Sevilla ha dejado mucho que desear esta temporada. Está luchando por entrar a Europa cuando siempre ha estado cerca e incluso dentro de puestos Champions. Se ha visto superado, incluso, por su eterno rival, que ahora disfruta en quinto puesto de ver cómo sus vecinos lo pasan mal.
No solo el Madrid le ha endosado una goleada esta temporada. Valencia, Atlético de Madrid, Betis, Eibar y Celta también le han encajado cuatro tantos o más en un mismo encuentro. Algunos, incluso, en el propio Ramón Sánchez Pizjuán. La crisis por la que pasa el equipo hispalense en estos momentos hizo destituir a Montella (los malos resultados y la impaciencia de la afición avalaron su despedida) y nombrar como nuevo técnico a Joaquín Caparrós, un sevillista de corazón que ha venido a lavarle la cara al club. Todo el ente sevillista se siente identificado con él y esperan que este final tenga más cosas positivas que negativas.
Una lesión puede jugar una mala pasada
Por la situación en la que están ambos equipos, parece ser que el favorito para vencer es el local. Zidane no se juega nada y no va a arriesgar mucho ya que su mirada permanece constantemente fijada en Kiev. No obstante, los delanteros del Madrid no quieren perder la forma y buscarán como sea acechar la portería rival, haya o no algo que ganar. Veremos quién está más dispuesto a llevarse los tres puntos.