Nadie se esperaba lo sucedido en la noche del miércoles en Los Pajaritos. La abrumante superioridad que los pucelanos mostraron en la eliminatoria frente al Sporting de Gijón no fue casualidad. El equipo de Sergio González, que ha llegado a estos playoffs en un estado de forma inmaculado, conquistó el feudo del Numancia para dejar el ascenso casi sentenciado.

Cuentan con una de las mejores ofensivas de La Liga 1|2|3. Su único problema, era la defensa. Pero una vez que Sergio González ha dado con la clave para hacer un equipo ordenado, ha creado una máquina imparable.

Empezó mejor el Numancia

Aunque por el resultado final parezca increíble, hubo una gran parte del partido en la que el CD Numancia manejó los hilos del encuentro. Y es que los de Jagoba Arrasate, independientemente de como acabara el partido, pueden estar orgullosos de los buenos playoffs que han realizado.

El planteamiento del técnico vasco le dio una ligera ventaja a los suyos en un igualado inicio de partido. Los dos equipos desprendían intensidad por todos los poros, pero los “rojillos” parecían tener las ideas más claras.

Controlaban el balón y se acercaban a la portería de Masip gracias a los buenos movimientos de jugadores como Guillermo, Pere Milla o Marc Mateu entre otros. De hecho, de una buena jugada entre ellos surgió la primera gran ocasión del partido, que terminó en un cabezazo de Guillermo que atrapó fácilmente Masip.

El Valladolid por su parte, viendo el dominio del Numancia, asumió un rol defensivo para posteriormente buscar el gol a través de balones largos enviados a la espalda de los defensas contrarios. Pero no acertaban con ninguna jugada. Su porcentaje de pases efectivos era nefasto. Por ello, era imposible predecir que el resultado acabaría siendo tan devastador.

Al borde del descanso, Kiko Olivas, tras un buen centro de Calero, adelantaba al Valladolid para sorpresa del público de Los Pajaritos. Ese gol, cambió el partido completamente, fue un gol psicológico, pues los equipos que salieron de vestuarios en la segunda parte no fueron los mismos.

Huracán blanquivioleta

Los segundos cuarenta y cinco minutos fueron un auténtico vendaval de fútbol de los de Sergio González. Con la superioridad en el marcador se vinieron arriba para terminar jugando a lo que quisieron con un Numancia perdido.

Los de Arrasate se sentían incómodos sobre el césped y no eran capaces de dar con la solución, es decir, el gol que los metería otra vez en la eliminatoria. Lejos de que eso sucediera, fue el Valladolid quien dictó sentencia.

Hervías, que acababa de entrar al terreno de juego, marcó a través de una falta muy lejana. Ese gol supuso un auténtico jarro de agua fría para toda la parroquia numantina. Y por si fuera poco castigo, mediante un muy buen contraataque, Óscar Plano ponía el definitivo 0-3 en el luminoso.

Óscar Plano celebrando su gol | Foto: laliga.es
Óscar Plano celebrando su gol | Foto: laliga.es

El Numancia se quedó “drogui” tras ese traspiés. Tardaron mucho en despertar y llevar a cabo un asedio final que casi los mete en la eliminatoria. Los de Sergio González lo han vuelto a hacer. Contra todo pronóstico, han vuelto a vapulear a su rival. La autoridad con la que juegan al fútbol los pucelanos, es casi insultante.

Valladolid, con pie y medio en Primera División

La remontada del Numancia no es imposible, pero si dificilísima. La eliminatoria viaja ahora al José Zorrilla, donde los de Sergio González fueron capaces de endosarle tres goles al Sporting de Gijón en tan sólo media hora.

El potencial goleador de Mata, Hervías u Óscar Plano se verá acentuado por un público eufórico tras el asalto a Los Pajaritos. Sin embargo, esto es fútbol. Hasta que no se den por finalizados los playoffs, relajarse y tomarse la vuelta como un trámite sería un tremendo error.