Borja Viguera Manzanares llegó al Sporting de Gijón una vez comenzada la temporada 16/17 con un curioso dato: en la primera jornada de La Liga se enfrentaban en el Molinón el Sporting de Abelardo frente al Athletic de Bilbao. Finalmente fue victoria para los locales, pero el gol de los leones fue justamente marcado por Viguera, que a las semanas cambió de bando para vestir la elástica rojiblanca del Sporting.

En total fueron dos temporadas con poca participación y solo dos goles marcados: en su primer torneo en Gijón disputó 18 encuentros, anotando en dos ocasiones (Eibar por Copa del Rey y Málaga por Liga). Fue uno de los pocos sobrevivientes al descenso a Segunda División, aunque no logró obtener continuidad jugando solo doce juegos y sin tener la oportunidad de marcar.

Finalizada su etapa en el Sporting y buscando nuevos horizontes donde revertir su mal paso por la entidad, el delantero deja sus sensaciones: “Con la pena de no haber podido estar más años, y rindiendo a buen nivel". A pesar de no contar con minutos de juego, y quedar casi siempre fuera de la convocatoria, se debe reconocer la profesionalidad de Borja en cada entrenamiento; “Cuando uno trabaja siempre con una sonrisa, sin maldad, siendo reconocido por sus compañeros y por la gente que le ve entrenarse, llegar al viernes y no estar en la convocatoria es jodido", sentencia.

El riojano ha sido punto de criticas en casi toda su estadía en el club y no logra entender el fastidio de la gente con él: “No es plato de buen gusto que tu gente al mínimo fallo murmure o te silbe".

Uno de los rumores que circulaba dentro del plantel era que el delantero con pasado en el Alavés y en donde fue pichichi de Segunda no quería jugar en condición de local por los murmullos de la gente, especulación que la desmiente por completo: “No es verdad que yo no quería jugar en El Molinón. Tuve una o dos reuniones con Paco (Herrera) en las que me preguntó si me afectaba jugar en casa”.

Para finalizar, lamenta que su rendimiento no haya sido el esperado: “Me da pena que no se haya visto al Borja con continuidad, con confianza, que ha jugado en Primera y que ha sido pichichi de Segunda”. Sobre el bajón anímico que tuvo el equipo que lo privó de luchar por el ascenso directo lanza una fuerte autocrítica personal y grupal: “Quitando a lo mejor a Sergio, nos ha faltado algo de carácter”.