A falta de varios fichajes y la adaptación de los jugadores al sistema táctico de Pablo Machín, el nuevo Sevilla quiere hacerle frente al todopoderoso Barcelona y busca el título que le haga volver a sentir grande. Con una plantilla aún por perfilar, los detalles técnicos del equipo se van notando partido a partido en una pretemporada corta debido a los encuentros oficiales que el Sevilla tiene citado. Ante el Újpest y el Zalgiris en Europa League ya se vio pinceladas de un equipo que se va formando muy al gusto del entrenador, pero el sevillismo ha de tener una paciencia con un nuevo proyecto muy diferente a temporadas anteriores.

Machín intentará hacer del Sevilla un sitio para doctorarse con su filosofía táctica. Con el Girona le fue de fábula, pero ahora con un equipo de mayor exigencia tendrá un examen complicado. De momento ha empezado muy bien y los jugadores se adaptan a la perfección a su sistema. El planteamiento que piensa Machín es jugar con tres defensas centrales y dos carrileros que suban y bajan a defender y a atacar. Con uno o dos pivotes que le haga sostener el equilibrio del juego como pulmón, un jugador creativo como Banega que construya el ataque, dos extremos rápidos en cada banda y un delantero que se implique en luchar por el balón y no simplemente espere a buscar el gol.

Esa es la idea que tiene Pablo Machín puesta. Además, de todos es bien conocido la apuesta por las jugadas a balón parado que tanto estudia el míster y su cuerpo técnico. Ante el Barcelona la idea será clara, no ceder en demasía el balón y luchar por buscar alguna falta que le haga crear oportunidades de estrategia. En este caso, la ayuda de Banega será, una vez más, necesaria, puesto que domina muy bien el golpeo a balón parado (magistral el gol ante el Zalgiris).

Otras de las características de este nuevo Sevilla son la distribución de los pases. Los pases cortos ya no dominan tanto en este equipo y lo alternan más con pases en largo. No buscan una eterna posesión del balón que no salga del mediocentro hacia el otro campo. Machín busca un juego más directo y con balones en largo que hagan sorprender al rival. Quizás por la altura de los defensas culés esa metodología se puede usar menos, pero es una idea que el míster tiene impuesto a los jugadores nervionenses.

Con un once inicial aún no muy decidido debido a las continuas alternancias en los partidos amistosos de la pretemporada, Machín podría pensar en Vaclik como el portero titular (ante la marcha de Sergio Rico es hoy en día el titular indiscutible en la portería), Gnagnon, Mercado y Sergi Gómez podrían ser los centrales apoyados en los extremos con Escudero y Jesús Navas. Posiblemente ante el Barcelona, Machín podría usar el doble pivote para sostener el ataque del rival. N'Zonzi podría debutar tras la vuelta de vacaciones acompañado por Amadou o Roque Mesa. Banega será indiscutible en la mediapunta acompañado en las bandas por Sarabia y Nolito. Ben Yedder podría ser el candidato para ser el encargado de crear más peligro ante la espera de Muriel y el fichaje de un nuevo delantero.

Con este planteamiento, Machín quiere luchar por conseguir su primer título como entrenador. Fácil no lo tendrá, pues enfrente tendrá a un Barcelona que vuelve con mucha hambre y que le tiene cogido la medida a los hispalenses. Pero en un partido todo se puede hacer, y el Sevilla quiere hacer historia contra marea en un planteamiento que a buen seguro, está muy estudiado por Pablo Machín.