Ha llegado el momento de Pedro León. Atrás quedan las lesiones y los periodos de recuperación que le impidieron gozar de cierta regularidad la temporada pasada. Es hora de que el futbolista murciano dé un paso al frente y se consolide como lo que es: la referencia del Eibar.

Esta será su tercera campaña con la camiseta armera. La primera, la 16/17, llegó como el fichaje estrella, y no defraudó. El de Mula jugó treinta y siete partidos de Liga, anotó diez goles y dio seis asistencias, convirtiéndose en el mejor jugador del equipo y en una de las revelaciones de la temporada. 

El año pasado, en cambio, una lesión que el club trató con cierto secretismo le impidió arrancar la temporada y le mantuvo alejado de los terrenos de juego hasta la jornada veinticinco, cuando reapareció ante el Celta en Balaídos. León terminó participando en tan solo doce encuentros en los que no marcó, pero dio tres asistencias.

Ahora, la afición espera volver a disfrutar de la mejor versión de Pedro León. Los de Mendilibar necesitan del golpeo a balón parado del murciano para vivir una temporada lo más tranquila posible.

Nueva temporada, más galones

La marcha de jugadores con peso en el vestuario armero como Dani García o Ander Capa obliga a León a asumir galones de líder no solo dentro del campo, también fuera de él. El Eibar necesita un líder que, más allá de llevar o no el brazalete de capitán, se eche al equipo a la espalda en los malos momentos y sepa comandar el vestuario y ser la extensión de Mendilibar en el terreno de juego.

Además, la baja de Inui supone un déficit de calidad en las bandas que el club no ha cubierto con fichajes de garantías, por lo que deberá ser el murciano quien asuma ese rol de llevar al equipo sobre sus hombros.

Ipurúa, factor diferencial

Otro de los factores que deberá marcar la diferencia para que el Eibar termine la temporada habiendo conseguido sus objetivos es Ipurúa. Inaugurado en 1947, es uno de los estadios más pintorescos del fútbol español. A pesar de ser el campo con menos aforo de la categoría con capacidad para poco más de 7000 espectadores, la cercanía de la grada con el terreno de juego y el cálido ambiente de la afición hacen de Ipurúa uno de los estadios más temidos de la categoría.

El estadio deberá ser, como viene acostumbrando los cursos anteriores, una auténtica caldera donde los rivales tengan que sudar tinta china para conseguir arrancar algún punto. Los puntos conseguidos como local deben ser la principal fuente de puntos del conjunto armero en su lucha por conseguir la permanencia en la máxima categoría una temporada más.

El año pasado, el Eibar consiguió ocho victorias y cuatro empates en su feudo,por las seis victorias y cinco empates que pudo lograr lejos de Ipurúa. Es decir, 28 de los 51 puntos que consiguió el conjunto armero la pasada campaña, los consiguió jugando como local. Sin ser unos números espectaculares, Ipurúa contribuyó en gran parte a la holgada salvación. Allí sufrieron de lo lindo para llevarse los tres puntos equipos de talla mundial como el Atlético, el Barcelona y el Real Madrid.

Así pues, esta temporada el Eibar deberá hacer de Ipurúa un fortín para que, desde el principio, se escapen la menor cantidad posible de puntos. La afición volverá, como cada año, a ser el jugador número doce que celebra en los buenos momentos y que anima cuando vienen mal dadas. Porque no lo olvidemos, el mayor activo del Eibar año tras año es su afición.

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Sobre el autor
David Lourido
Estudiante de Periodismo en la UPV/EHU.