UD Almería y Málaga CF nos deleitaron con un partido intenso y de pocas ocasiones. Comenzado el primer periodo, el equipo de Fran Fernández quiso imponer su orden y disciplina sobre el césped del Mediterráneo. En frente, un gigante de la Liga 1|2|3. 

Primera parte embarullada

Pocas ocasiones tuvo el partido pero solamente una le bastó al Málaga para llevarse los tres puntos a tierras malagueñas. Sin ocasiones claras durante los primeros 20 minutos, fue Harper, el delantero malacitano quien no perdonó ante el meta René. Corría el minuto 23 cuando una gran jugada personal del jugador malagueño cedió el balón a Dani Pacheco, y este se la devolvió para que la empujara, casi a placer, al fondo de la portería almeriense. En ese momento comenzaba un nuevo partido para la UD Almería. Alentados en todo momento por la afición rojiblanca, hubo tramos del partido en el que el corazón podía mas que la cabeza, y las jugadas no llegaban a buen puerto. 

Con un gran trabajo realizado, se llegaba a final de la primera parte.

Comienzo segundo periodo

Tras el descanso, la UD Almería intentó quitarle el balón a los malacitanos a través de garra y lucha. Poco a poco eran más los acercamientos al área malagueña. Internadas constantes de los laterales José Romera y Andoni López, facilitaban la ardua tarea que tuvieron los extremos Jose Corpas y Luis Rioja, este último desaparecido en varios tramos del partido. 

El Málaga se posicionaba y tapaba continuamente las bandas almerienses, siendo la única vía de llegada al área rival los huecos dejados por Juan Carlos Real y Álvaro Giménez.

Llegó un momento en el que los hombres de Fran Fernández embotellaron completamente a los de Juan Ramón López Muñiz en su campo. Quedaba un cuarto de hora para el final del partido y el Almería llevaba completamente el dominio del partido. Continuos centros al área no eran rematados por los delanteros almerienses. Raza y orgullo rojiblanco corría por el Mediterráneo. Casi exhaustos, los jugadores almerienses no daban el partido por perdido. El Málaga, también cansado, buscaba las contras a través de hombre rápidos como Hicham, que casi siempre eran cortados por los defensas almerienses. 

Ya en el tiempo de descuento, una jugada embarullada en el área del Málaga daba con la ocasión más clara para los locales. Un pase de Pablo Caballero dejaba solo a Juan Ibiza que incomprensiblemente estrellaba el balón en el cuerpo del meta Munir. Ahí se acabo la esperanza rojiblanca. Segundos después, el colegiado decretaba el final del partido.

Se puede decir que los jugadores almerienses se dejaron todo en el campo. Rendidos por el esfuerzo realizado, la afición rojiblanca supo reconocerles el esfuerzo con una merecida y cerrada ovación.