De entre los ilusionantes fichajes llevados a cabo por la directiva técnica del Atlético de Madrid, hay uno de ellos que no generó tanto bombo como pudo ser la incorporación de Lemar por 70 millones, o la llegada de la perla portuguesa Gelson Martins a coste cero. 

El nombre de ese futbolista que llegó si hacer ruido, es Rodrigo Hernández, un todocampista de 22 años, que está llamado a llevar la batuta de la medular rojiblanca durante la próxima década si se confirman las sensaciones generadas por su juego. 

La clarividencia en el pase corto y capacidad de recuperación, hacen del internacional español una garantía de futuro y presente para Diego Pablo Simeone, que en este inicio de liga le está racionando los minutos, tal y como acostumbra a hacer con los fichajes que llegan nuevos al equipo, en vistas a que se acoplen al sistema mediante entrenamientos y sin cargar el número de minutos en un primer instante. 

Su debut vino en la Supercopa de Europa conquistada por los colchoneros frente al Real Madrid, para posteriormente repetir titularidad contra el Rayo Vallecano en el Wanda, desapareciendo de los planes del entrenador argentino hasta su convocatoria con la selección española. 

La noticia en torno a este futbolista, recae en la sorpresa que ha generado su inclusión en la lista del CIES (Centro Informático de Estadísticas y Sondeos) como el segundo fichaje de todo el mercado estival que ha aumentado su valor de mercado en mayor cantidad. 

La cifra de 25 millones que pagó el club madrileño al Villarreal, ha crecido hasta los 50 millones de euros como precio de tasación del mediocampista, debido a su edad, galones, potencial y seriedad demostrada también con el combinado nacional, con quienes sí que tuvo minutos en el partido contra Croacia.

Como argumentos de este "subidón", se encuentran los 39 pases y un 100% de efectividad en dicha estadística durante los 31 minutos que disputó en la victoria de España por 6-0 frente a la Subcampeona del Mundo, poniéndole la guinda a su actuación con 3 balones recuperados y ni una sola pérdida. 

Sin duda alguna, el Cholo Simeone estará al tanto de la situación de su fichaje, y querrá administrar sus minutos para que gane peso en el equipo de manera progresiva para no quemar etapas de un jugador que requiere paciencia, pero que puede aportar desde ya grandes cosas al medio campo atlético. 

En su paso en por el Madrigal, Rodrigo Hernández se consagró como el dueño y señor de la medular, capaz de aportar disciplina y rigor táctico a su equipo, siendo preciso en su distribución a los compañeros, y sirviéndose de su imponente planta (mide un metro y 90 centímetros) para ser un muro defensivamente, cortando multitud de balones e imponiéndose por físico a los rivales, tejiendo una red en la que los centrocampistas contrarios perdían el balón y se veían superados.

Tan solo 47 partidos del curso pasado le bastaron a Rodri para convencer al Atlético de Madrid para lanzarse a abonar los 25 millones de su traspaso, trayendo de vuelta a un jugador que pasó por filas rojiblancas años atrás, haciendo que la operación haya salido rentable en escasos dos meses, sin apenas protagonismo por parte del propio futbolista, del que es sabido por todos que será pieza clave en el devenir de la selección dirigida por Luis Enrique. 

Si en las oficinas del Wanda Metropolitano, se hubiera apostado que el valor de 25 millones de euros que se iban a pagar, se iba a convertir en 50 millones tras los dos primeros meses, ningún directivo se habría fiado de semejante predicción, ayudando este dato a valorar un techo que parece inexistente para el jugador colchonero.