Con los papeles cambiados. Así podríamos definir el inicio de temporada del Real Oviedo en comparación con los equipos de Egea y Generelo, Hierro, o el del propio Anquela la pasada campaña.

El conjunto carbayón siempre tuvo acostumbrados a los aficionados a darlo todo en casa, a llevarse los tres puntos siempre que competía ante su gente, hasta el punto de convertirse en el tercer mejor local de la categoría de los 22 equipos de la pasada campaña.

"Ganar en casa y sumar fuera", ese era el lema u objetivo que a todo aficionado del Real Oviedo se le pasaba por la cabeza cada vez que hacía cábalas sobre la trayectoria de su equipo. Lo cierto es que así fue hasta la recta final de la temporada, donde ni siquiera en casa se obtenían los resultados esperados.

Algo parecido está ocurriendo en el inicio de este curso. Está siendo, cuanto menos, dubitativo, desconcertante. El conjunto carbayón está actuando de una forma totalmente contraria a la de otras temporadas, tal y como si tuviera miedo escénico al Carlos Tartiere. Las sensaciones no son buenas en su feudo y para ello son ciertas variantes las que han de introducirse.

En la portería no hay lugar a la duda. Alfonso Herrero es donante de seguridad. El toledano está muy contundente bajo los palos y poco pudo hacer ante los nueve goles que el equipo ha encajado en liga.

La defensa es otra historia. De ella sólo se están salvando Forlín y Mossa en alguna que otra ocasión -no así en la última fecha-. Parece que el argentino escarmentó del ridículo penalti que provocó en Córdoba y en estos instantes sostiene a la zaga carbayona.

Mossa, durante un entrenamiento en El Requexón. | Imagen: Real Oviedo
Mossa, durante un entrenamiento en El Requexón. | Imagen: Real Oviedo

Mossa, desacertado el pasado domingo ante el Elche, no viene llevando a cabo malas actuaciones, aportando en ataque, cumpliendo en defensa y formando, en definitiva, una buena pareja de baile con su compañero de banda, Saúl Berjón.

Diegui se está viendo muy superado en defensa y quizás sea el momento de darle una oportunidad a Carlos Martínez, a pesar de que su actuación en Mallorca no fue, ni mucho menos, buena tampoco.

Poco que comentar queda de Bolaño. Que con el VAR, no le veríamos jugar de aquí a un mes es una realidad. Si bien sus actuaciones no es que sean lo más calamitoso del mundo, el central pone en peligro el trabajo en equipo cometiendo irresponsabilidades como la agresión al jugador del Elche, que el colegiado andaluz, Domínguez Cervantes, no vio. 

El internacional mexicano, Oswaldo Alanís es una alternativa de calidad que puede sacar a flote una defensa que lleva en continua metamorfosis desde el inicio de la temporada.

El centro del campo es lo único que, hasta el momento está siendo intocable en el equipo. La confianza en Ramón Folch sigue intacta a pesar de que la pasada jornada no firmó un buen partido por primera vez en dos años. Tampoco sería oportuno descartar por completo que la calidad de Borja Sánchez llame a la puerta del primer equipo ya que sus buenas actuaciones en el Vetusta le pueden avalar.

Borja Sánchez pugna por un balón durante un entrenamiento. | Imagen: Real Oviedo
Borja Sánchez pugna por un balón durante un entrenamiento. | Imagen: Real Oviedo

¿Arriba? Puede que esa chispa sí que le falte al conjunto carbayón. Aunque sea el cuarto más goleador del campeonato, sólo superado por Granada, 'Alba' y Las Palmas, cuatro de los nueve tantos que lleva en su casillero de goles a favor tuvieron lugar en un mismo partido, contra el colista.

La alineación de dos delanteros puede que sea una buena alternativa desde el inicio de los partidos, más que una manera de espolear al equipo en los minutos finales de un partido que no le esté sonriendo al Real Oviedo, como está ocurriendo en estos últimos choques en casa. Quizás Joselu y Toché se complementen de maravilla.

Desde el banquillo fallan, claramente, los cambios. Fue mismamente en el partido contra el Elche cuando el técnico jiennense no acertó con la tecla que empujase al Real Oviedo a intentar la remontada ya no tanto con cabeza sino ni siquiera con corazón.