Jugaba el Real Oviedo en un estadio prácticamente en pañales cuando comenzó a hablarse ya de la Liga de Campeones. Corría el año 2006 y aunque el conjunto carbayón vagaba sin consuelo por el barro de la Segunda División B, el Carlos Tartiere era protagonista, junto con Matías Prats, del anuncio televisivo futbolístico del verano.

Lo que trataba de difundir dicho anuncio era la toma de los derechos televisivos de la Champions por parte de Antena 3.  Por ello, la cadena había elegido como estadio modelo al feudo carbayón para hacérselo ver a España entera. No en vano, por aquel entonces, Asturias contaba con el estadio más antiguo de España -El Molinón, 1908- y con el más moderno -El Carlos Tartiere, 2000-.

Hoy, el cuento es bien distinto. Lo más cerca que el conjunto carbayón estuvo de que su estadio viera un partido de Champions fue ese anuncio y el debut en UEFA en el 91. Pero por fin, los azules pueden presumir, aunque sea por un golpe de suerte, de jugar en un estadio de ese calibre: El Wanda Metropolitano.

Fue el azar el que quiso que los pupilos de Juan Antonio Anquela puedan disfrutar de un césped como ese, aunque seguramente no lo puedan hacer de una grada tan vibrante como la colchonera cuando juega su Atleti.

¿El motivo? Pues que el Rayo Majadahonda, equipo que acostumbra a jugar en las instalaciones deportivas de El Cerro del Espino, no puede disputar sus encuentros allí, ya que no cumple la normativa de la Liga de Fútbol Profesional (LFP).

El Rayo Majadahonda celebra el gol del ascenso en el Cerro del Espino. | Imagen: Mónica Casaú (Rayo Majadahonda)
El Rayo Majadahonda celebra el gol del ascenso en el Cerro del Espino. | Imagen: Mónica Casaú (Rayo Majadahonda)

En base a la normativa vigente, todos los estadios de Segunda División deben tener una capacidad mínima de 6.000 espectadores. Por ello, el club majariego, trabaja ya desde el principio de la temporada en la ampliación de las localidades de su feudo hasta prácticamente doblarlas, ya que apenas se alcanzaban las 3.500 cuando se logró el ascenso.

Además del graderío, el Rayo Majadahonda también deberá incrementar el número de puertas de acceso así como mejorar la propia entrada al recinto y tener en regla todos los mecanismos de seguridad para poder competir, en base a lo establecido en la Ley 19/2007 de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el Deporte.

Por todo esto, y ya que dichas mejoras no se pueden efectuar de la noche a la mañana, el Atlético de Madrid, club que tiene un convenio privado de colaboración con el conjunto majariego, ha decidido acoger a sus vecinos de Majadahonda para que debuten en el Fútbol Profesional en el estadio que será sede de la próxima final de la Liga de Campeones.

El conjunto carbayón corre la suerte, como antes bien decíamos, de poder competir en un campo como el Metropolitano y es que ha sido el calendario, tan caprichoso como siempre, el que ha querido que el Real Oviedo juegue como visitante ante el Rayo Majadahonda en el mismo plazo en que se están ejecutando las obras de ampliación de El Cerro del Espino.

El club majariego ha puesto a disposición del ovetense 5.200 entradas y este último las dividirá en dos remesas: la primera de ellas de 3.500 y la segunda de 1.700. En función del ritmo de ventas la segunda tanda de entradas saldrán a la venta una vez se agoten las 3.500 iniciales.

Seguro que con el desplazamiento masivo de aficionados desde Asturias, unidos a la gran cantidad de asturianos ya residentes en la capital de España, la mayoría de ellos por motivos laborales, harán del encuentro entre el Rayo Majadahonda y el Real Oviedo, una auténtica fiesta futbolística en un estadio de Champions League.