Las nubes se escondieron para dar paso a una plácida noche de fútbol de barrio. Dos equipos vecinos, como son Leganés y Rayo Vallecano, se daban cita en el Municipal de Butarque por un billete a la siguiente fase de la Copa del Rey. Semanas después de la victoria del equipo pepinero en Liga, el color del encuentro era diferente, plagado de rotaciones y con necesidades distintas.

El frío del ambiente no contagió a un Leganés que comenzó el partido presionando la salida de balón rival y dominando por completo el juego. Pellegrino era consciente de la debilidad de los vallecanos para sacar el balón jugado desde campo propio y quiso aprovecharlo con una presión muy ordenada. El Zhar y Rolan fijaban en banda con En Nesyri acompañándoles en la labor. De esta forma pusieron en más de un apuro a sus respectivos laterales. Sin embargo, quien juega con fuego, se quema. Y Siovas se quemó. Un error defensivo del defensa griego puso en bandeja el gol inicial a Álvaro García.

Sin dejar correr el reloj, el Rayo Vallecano quiso aprovechar el momento de bajón que atravesaban los locales. En un abrir y cerrar de ojos el segundo tanto subió al luminoso. Esta vez la jugada pasó por una previa elaboración y en ella estuvo involucrado de nuevo Álvaro García. Al resto se encontraba Álex Alegría, que remató sin oposición ante la meta de Lunin. Los dos goles les relajaron y, en cierta medida, se acomodaron ante el dominio que ejercían los blanquiazules.

La reacción fue instantánea. Raúl García botó el balón desde el córner izquierdo y, tras numerosos intentos de despeje, desembocó en el gol de En Nesyri. No se le encogería la pierna al marroquí, fusiló y recortó distancias. Empezarían a surgir los primeros atisbos hacia una remontada más que necesaria para mantenerse vivos en la eliminatoria. Sin tiempo para más, llegó el descanso y, junto a él la lluvia que tanto había complicado los desplazamientos en largo buscando a un pletórico Rolan.

En Nesyri celebra el primer gol | Foto: CD Leganés
En Nesyri celebra el primer gol | Foto: CD Leganés

La segunda parte comenzó de la misma forma que había terminado la primera. Diego Rolan continuaba de dulce y quiso dejar constancia de ellos. Únicamente necesitaba el gol para poner la guinda a su gran partido y tuvo la oportunidad en dos ocasiones casi continuas, en las cuales se topó con Dimitrievski. Fue en ese preciso instante cuando el Rayo Vallecano pareció darse cuenta de que el balón había echado a rodar. El partido se equilibró, ahora sí, el ‘Lega’ quería seguir llevando la batuta y nadie se lo impidió.

En-Nesyri buscaba mayor protagonismo, impacientado en ataque y mordiendo en la presión. Aprovechando su zancada, se deshizo de su par para cruzar el balón y batir al guardameta macedonio. Logró el Leganés aquello que tanto había luchado, pero quería dar un paso más, la victoria. Tremendo jarro de agua fría el que caía sobre el combinado vallecano. Las derrotas y los empates situaban al equipo en una tesitura compleja, más aún cuando se veían dos goles arriba.

El partido llegaba a su fin y el tiempo invitaba a ello. Los espectadores abandonaban sus butacas pensando en el determinante partido de vuelta. Esto último no terminaba de gustar a los jugadores pepineros y lo siguieron intentando. Tan en serio se lo tomaron, que el larguero quiso intervenir para cerrar el partido con empate. Siovas fue el protagonista de esta jugada, aunque a punto estuvo de serlo Guido Carrillo al cazar el rechace. Finalmente, el Rayo Vallecano se marchó con un resultado positivo de un campo en el que podría haber salido con pie y medio fuera si no llega a ser por los dos tantos iniciales.