La lluvia se ha apoderado del cielo de Madrid. El invierno casi está aquí y nadie, ni siquiera los campeones de Europa, pueden huir de él. Los primeros llegados del parón de selecciones se ejercitaron en la mañana de este martes en la Ciudad Deportiva bajo un ejército de gotas que caían con dureza. Aún así, ni estas pudieron cubrir la sonrisa de unos jugadores que, desde la llegada de Santiago Hernán Solari, parecen haber encontrado el camino que lleva a la felicidad. Un camino que diseñó Zidane y que ahora está siguiendo el técnico argentino.
Esta ha sido la segunda sesión del equipo esta semana para preparar el partido del próximo sábado ante el Eibar. Los pupilos de José Luis Mendilibar se encuentran en la decimotercera plaza a cinco puntos del Real Madrid. Solo han ganado dos de sus últimos cinco partidos y el que tienen por delante no es precisamente asequible. Los blancos intentarán pagar los platos rotos del mal inicio de temporada en Ipurua y prolongar así la buena racha de partidos que acumulan desde que Santiago Solari se hiciera cargo del banquillo más exigente del planeta.
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El entrenamiento, que fue más físico que con balón, se dividió en dos partes. La primera se llevó a cabo en el gimnasio por el espacio de una hora y la segunda ya sobre el césped de Valdebebas. Nacho, Casemiro y Reguilón aún no han podido superar sus molestias y realizaron ejercicios específicos para tratar su recuperación. Es más que probable que Solari realice cambios significativos para el partido de Ipurua y, tras quedarse sin minutos en Balaídos, el nombre de Vinicius Jr vuelve a salir a la palestra. El brasileño es una de las grandes apuestas del nuevo técnico del conjunto blanco y el irregular estado de Gareth Bale y Marco Asensio le otorgan más papeletas que nunca para vestirse de corto.