Solitario. Que está solo, sin compañía. Se aplica al lugar que está deshabitado o retirado. Juego que practica una sola persona. Son muchas las definiciones que da nuestro rico léxico español sobre la palabra que hoy se aborda. Sin embargo, quizá es una mezcla de entre la primera y la tercera la que más se ajusta al gol que marcó Gareth Bale en El Alcoraz que valen tres puntos y quizá en un futuro, quién sabe, una Liga. 

El Real Madrid saltaba al terreno de juego en un día donde el viento quería ser protagonista. Ya que el balón, por lo menos en esta ocasión, no quería aliarse con los blancos. Todo lo contrario que sucedió hace cuatro días, a casi cuatrocientos kilómetros de distancia, dónde un Real Madrid risueño goleaba al Melilla en Copa. No era la tarde de los de Solari. El balón no circulaba con fluidez y tampoco había ningún jugador de la entidad de Chamartín que destacase con notoriedad. El horario, de siesta en España, parecía haber pasado factura a unos jugadores que durante muchos tramos del partido se vieron superados por el colista de la Liga.

Bale abrió la lata

El Ábaco se iba a mover rápidamente creando un espejismo que después no se daría. Bale, con un golpeo cruzado, remató el centro de Odriozola por la derecha que ponía por delante a los blancos. Apenas transcurrían ocho minutos en el electrónico y el Madrid ya ganaba en Huesca. Parecía que iba a ser un buen partido de los de Solari dónde los goles no fueran precisamente a escasear. 

Bale junto a Odriozola celebrando el gol. Foto: Liga Santander.
Bale junto a Odriozola celebrando el gol. Foto: Liga Santander.

A raíz del tempranero tanto inicial, el campeón de Europa asumió un rol bastante acomodado. No quería complicarse la vida arriba ni tampoco cometer fallos atrás. El técnico argentino vela cuidadosamente por mejorar en tareas defensivas y hoy no podía ser un día para volver a pecar. Gareth Bale tuvo alguna que otra ocasión más en la primera parte para sentenciar un partido apático de los veintidós protagonistas, pero Jovanovic no quiso que fuera así. 

Otro gallo cantaría en la segunda mitad

Melero López ordenaba la reanudación del segundo tiempo sin cambios en ninguno de los dos equipos. El Madrid había sido ligeramente superior, pero aún quedaba sentenciar el partido para tranquilizar los corazones inquietos. Solari, más pronto que tarde, ordenó a Valverde despojarse del chandal para entrar por Ceballos. Apenas habían pasado quince minutos del inicio de la segunda parte y el argentino ya quería mover ficha. Seguramente la jugada que perdonó Melero sobre la línea, previo centro de Ferreira, era motivo suficiente para hacer cambios. 

Courtois salva al Madrid. Foto: Liga Santander.
Courtois salva al Madrid. Foto: Liga Santander.

El Huesca había sufrido un aparente lavado de cara tras el descansoSe apostaba antes un gol local que la sentencia de los blancos. Thibaut Courtois fue sin lugar a dudas el mejor del Madrid en la segunda parte realizando varias paradas de categoría. Destaca una a Ferreiro por arriba y otra, ya en el descuento, a una falta cerrada de Moi Gómez. Quizá por este motivo y no por otro finalmente fue el conjunto blanco quién consiguió llevarse la victoria de un partido que fácilmente pudo acabar sin final feliz

Isco y Asensio, dos de los grandes protagonistas en el partido ante el Melilla, también tuvieron tiempo de saltar al césped. Sin embargo, poco o nada, se parecieron a los que deslumbraron el Bernabéu cuatro días antes. Fue el Huesca hasta el final quién más oportunidades tuvo para, al menos, forzar un empate. No obstante, el Madrid pudo salir del paso y volver a casa, ocupada por una tal final de la Libertadores, con los tres puntos bajo el brazo.