2018 se acaba para el Granada CF. Finaliza el año en el que el equipo de la ciudad de la Alhambra esperaba regresar a la élite del fútbol español tras su descenso en 2017 a la Liga 123. Para alcanzar esta tan ansiada y complicada meta a partes iguales, la directiva presidida por John Jiang construyó una plantilla prácticamente desde cero, con tan sólo dos jugadores que habían jugado en el primer equipo la pasada temporada. Primeramente, la directiva rojiblanca eligió la piedra angular sobre la que giraría este proyecto.  El elemento quizá más importante o, al menos, uno de máxima relevancia: el entrenador. Por este motivo se pretendía encontrar a un míster que conociera bien la categoría, una persona con experiencia en el periplo que iba a intentar el Granada CF y que pudiera hacer realidad el sueño del ascenso. Tras un entretenido casting, a principios del mes de junio de 2017, se conoció el elegido: José Luis Oltra.

José Luis Oltra. FOTO: VAVEL Granada/ Antonio L. Juárez
José Luis Oltra. FOTO: VAVEL Granada/ Antonio L. Juárez

 

El técnico valenciano, que ya había conseguido antaño el ascenso a la Liga Santander con el CD Tenerife y el RC Deportivo de La Coruña, inició por tanto la temporada 2017/2018 con los andaluces y con la alta expectativa del ascenso directo. A pesar de un comienzo titubeante, donde el equipo no consiguió la victoria hasta la jornada seis, Oltra hizo de aquel Granada CF un conjunto que rápidamente se destapó como un claro candidato para jugar la siguiente campaña en estadios tan emblemáticos como el Santiago Bernabéu, el Camp Nou o San Mamés, entre otros. Los seis triunfos alcanzados en siete partidos entre el final de septiembre y el mes de octubre posicionaron al Granada CF en lo más alto de la tabla clasificatoria, gracias en parte a las majestuosas actuaciones de jugadores como el venezolano Darwin Machís o Pedro Sánchez. Dos meses más tarde, coincidiendo con el parón navideño, Oltra mantenía a su Granada CF en los puestos de promoción, exactamente en la sexta plaza, con un total de nueve victorias, siete empates y cuatro derrotas. De este modo, el míster natural de Burjassot inició el año 2018 sentado en el banquillo de los nazaríes con una situación notable. No obstante, el mundo del fútbol es caprichoso y, a veces, peca de mala memoria. Por un lado, aunque el valenciano cuajó un excelente mes de febrero, ganando dieciséis puntos de dieciséis posibles, con cuatro victorias consecutivas en cuatro partidos ante CD Tenerife, Real Valladolid, Córdoba CF y AD Alcorcón, fue el mes de marzo el que fulminó al técnico. Tras un febrero triunfal, tres derrotas también consecutivas ante CD Lugo, Gimnàstic de Tarragona SAD y Real Oviedo precipitaron el despido de José Luis Oltra, el cual nunca llegó a compartir tal decisión, además del exiguo bagaje obtenido a lo largo de toda la temporada a domicilio, que también pesó para que este paso de la directiva se tomara.

El 2018 empezaba movido y agitado para los rojiblancos. Muchos tildaron de precipitado y exagerado el cese del técnico, entre ellos los propios jugadores, ya que el cual siempre mantuvo al equipo en posiciones de ascenso directo o, como mínimo, en posiciones de playoff. Por otro lado, también había quién calificaba esta decisión de acertada debido a la mala racha que atravesaba el conjunto. Con este debate sobre la mesa y con la incertidumbre acerca de cómo afectaría esto a todo el entorno del Granada CF, la vida seguía… y en Segunda División. El encargado de sustituir a Oltra fue el técnico del filial granadino, Pedro Morilla y, a pesar de que debutó con triunfo, tampoco podría acabar la temporada en el banquillo rojiblanco. Tan sólo disputó seis jornadas, que se saldaron con tres empates y dos derrotas, además de la victoria inicial por la mínima ante el CD Numancia. Un bache psicológico de los jugadores a raíz del despido del anterior técnico, sumado a un bajón físico, y que no consiguió revertir un inexperto Morilla empezaba a alejar del ascenso al Granada CF, el cual parecía que había olvidado como vencer en la categoría.

Pedro Morilla. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez
Pedro Morilla. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez

 

La gota que colmó el vaso fue el empate donde los rojiblancos se dejaron dos puntos en su feudo ante la Cultural Leonesa después de haber ido venciendo por tres goles a uno y acabar encajando los dos goles visitantes en la recta final del encuentro. Ante esta situación de desesperación al ver cómo el motor se iba dañando mientras el objetivo se alejaba en la distancia, la directiva volvió a dar otro brusco volantazo en el banquillo que obrara el milagro. Morilla era cesado y sustituido por otro veterano de nuestro fútbol. El burgalés Miguel Ángel Portugal recalaba en la ciudad granadina para intentar redirigir la dirección del equipo. El ex del Real Racing de Santander o Real Valladolid, entre otros, afrontaría pues la difícil, imposible de hecho, misión de recoger las cenizas que comenzaban a surgir de una gran fortaleza, a la que las excesivas expectativas y una novata e ingenua gestión habían incendiado, reduciéndola a meros cascotes. De este modo, Portugal se sentó en un banquillo maldito ante la mirada de una afición defraudada, que veía como un año más las malas decisiones maniataban al Granada CF, para enfrentarse a los últimos cinco rivales ligueros, pero no obtuvo resultado. El burgalés cerró la liga con dos victorias y tres derrotas para los granadinos, además de dejar la sensación de que el conjunto fue de menos a más, aunque con la mala fortuna de que no había tiempo para seguir ascendiendo. Ni en la clasificación ni de división.

Miguel Ángel Portugal. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez
Miguel Ángel Portugal. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez

 

Agridulcemente se cerraba la campaña en Granada, quedando el contrato de Portugal sin renovar y en pleno debate sobre el futuro del equipo. Habían pasado tres entrenadores por el Nuevo Los Cármenes en unos meses y el sueño del ascenso se notó esfumado casi por completo desde la marcha del primero. La fragilidad defensiva, el bajón anímico y un ambiente enrarecido no colaboraron para la mejora. El 2018 había traído desgracia a los rojiblancos. Sin embargo, aún le quedaban meses y el fútbol suele dar nuevas oportunidades y, sobre todo, aprendizaje. Prueba de esto fue la preparación para la actual temporada 2018/2019. A mediados de junio de 2018, un año después de lo relatado en el inicio del presente artículo, un nuevo técnico fue presentado en el primer equipo granadinista: Diego Martínez. Era la nueva apuesta de la directiva: un entrenador joven (37 años), con ganas pero con escasa experiencia en la liga, puesto que solamente había entrenado en Segunda al Osasuna, y justamente la temporada anterior.

Con la llegada del técnico gallego también llegaron algunos fichajes ilusionantes, como Álvaro Vadillo, que llegaba procedente del recién ascendido Huesca. Además, la junta directiva aprendió la lección y, en lugar de fijar el ascenso directo como el principal objetivo, rebajó sus miras y transmitió su simple querer de pasar una temporada tranquila para que el club se asentase en la categoría, aunque tampoco sin establecer un límite. Y menos mal, ya que el equipo, de verdad, parece no tener límite. Martínez ha hecho del Granada CF un equipo sólido, tanto en ataque como en defensa, un equipo que sabe a lo que juega y con una amplia capacidad para adaptarse a cualquier encuentro y cualquier rival. De esta manera ha cosechado ya once victorias, cinco empates y tres derrotas en diecinueve partidos. El vigués ha recuperado la confianza en jugadores que apenas contaron con protagonismo en la pasada campaña y ha mejorado con creces los números a domicilio. De hecho, el Granada CF ha conseguido llegar líder en solitario al parón navideño de 2018.

Diego Martínez. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez
Diego Martínez. FOTO: VAVEL Granada / Antonio L. Juárez

 

2018 es un año que empezó siendo agrio para el Granada CF, pero que va a finalizar de la manera más dulce posible: con el equipo líder y lanzado a por todo, capaz de derrotar a cualquiera y de hacer disfrutar al aficionado como hace años que no se recuerda. 2018 será recordado como el año en el que se inició el resurgir del ave fénix rojiblanco, porque lo positivo siempre debe suplantar a lo negativo, y, quizá, como el año en el que también dio comienzo el regreso a Primera.