Buena dinámica de resultados pero no tanto de juego, pensará alguno. Y es que sí, efectivamente, el Real Oviedo mostró su mejor cara en lo que va de temporada, pero sólo le duró la primera media hora de partido, casualmente coincidiendo un poco con el gol del internacional panameño, Edgar Yoel Bárcenas –aunque decir gol se quede corto- y sobre todo, con la sustitución, por lesión, del fichaje del Real Oviedo, Omar Ramos. Viti, que también estaba en un principio en el once titular, dejó en evidencia la preparación física lesionándose en el calentamiento.

Hasta ese momento se vio al clásico equipo de Anquela, como lo fue el Alcorcón en su día o la Sociedad Deportiva Huesca hace apenas dos campañas. El aficionado pudo ver a un equipo con mordiente, con una alta presión sobre la defensa rival y que manejaba el balón con criterio, de la mano de un Ramón Folch que estuvo inmenso, estratosférico y que calló las bocas de muchos de los aficionados del Tartiere.

Fue precisamente tras una recuperación suya cuando nació la jugada del primer y único gol del partido, fruto precisamente de esa alta presión. El centrocampista catalán, ex del Reus, cortó un pase del equipo canario y mató dos pájaros de un tiro, además de provocar una pérdida tinerfeña en salida de balón, lo que supone tener a todo el equipo abierto, sirvió en bandeja una asistencia para que Yoel Bárcenas enganchase una preciosa volea directa a la escuadra de Hernández.

Se caía un estadio que celebraba un gol que se oyó en toda la ciudad, y como para no. Al igual que se oyó también la reclamación del respetable de un posible penalti no señalado por Díaz de Mera, que el colegiado castellano-manchego, cuya actuación fue discutida entre el público, no consideró como tal.

Tras la salida del campo del precisamente exjugador chicharrero, Omar Ramos, el Real Oviedo perdió esa mordiente de la que había disfrutado en una primera mitad realmente buena y que había mantenido enganchado al público, que también apretaba. El equipo reculó y acabó algo más cerca de su área al filo del descanso de lo que a Anquela le gustaría, pero en ningún momento concedió ocasiones claras de gol al conjunto tinerfeño.

Tras la reanudación se vio más de lo mismo. Carlos Hernández y Christian Fernández dieron un auténtico recital defensivo y no permitieron moverse ni lo más mínimo a la delantera canaria, que, no hubiera podido aprovechar los pocos acercamientos a la portería de Nereo Champagne ya que algunos de ellos fueron anulados por fuera de juego por la asistente Nº 2 de Díaz de Mera, Porras Ayuso, que firmó un estupendo arbitraje desde la línea de cal.

El Oviedo, además de conceder poco, pudo aumentar su ventaja hasta duplicarla, con ocasiones al contraataque que, en algunas ocasiones no obtuvieron su recompensa debido al bajo nivel que Toché está mostrando en lo que va de temporada y que en otras no lo hizo por una buena actuación de Dani Hernández, quien respondió con una auténtica estirada a un zurdazo de Diegui Johannesson, evitando, por tanto, el gol de la sentencia.

Con esta victoria, el Real Oviedo entra en la tan esperada buena dinámica y suma siete de los últimos nueve puntos y se aúpa hasta una novena posición que le permite ya mirar hacia arriba, aunque el objetivo marcado al principio de la temporada, la fase de ascenso, dista aún en cinco puntos de los 30 que tiene ahora mismo el conjunto carbayón.

Por su parte, el Tenerife, que parecía despertar de su letargo tras cuatro partidos sin perder, volvió a caer ante un equipo asturiano, después de hacerlo ante el Sporting de Gijón por última vez, y tan sólo supera al descenso en una unidad.