Miedo, proviene del latín y se trata de una alteración que produce angustia ante un peligro o un eventual perjuicio, ya sea producto de la imaginación o de la propia realidad. Y es que el equipo de Solari, que ha vuelto a ser el Madrid de siempre, el de las primaveras, ya mete miedo y es toda una realidad. El Wanda Metropolitano, que no había conocido la sensación angustiosa de perder un partido en casa esta temporada, lo ha hecho este sábado por primera vez. El Derbi Capital ha mostrado a un Real Madrid feroz, poderoso y cuanto menos despiadado. 

Atrás han quedado ya esos partidos irreconocibles de los blancos. Dónde cualquier equipo se convertía en una auténtica pesadilla. El rival de turno se ponía la careta y el Madrid se asustaba. Cada fin de semana podía ser Halloween. No había fútbol, ni los merengues se parecían a ese equipo que ha conquistado Europa tres años consecutivos. Entonces llegó Solari. Cuando el equipo estaba en lo más hondo, allá dónde está todo oscuro. Vino rebosante de confianza e iluminó con su discurso a un vestuario apagado. 

El trabajo da sus frutos

Han pasado apenas tres meses desde su llegada y se puede decir sin miedo que este Madrid es otro. Los blancos han renacido con la fe del argentino y lo han hecho en el momento clave de la temporada. La Liga ya no está tan perdida, el equipo tiene pie y medio en la final de Copa, y los octavos de final de la Champions se decidirán en la próxima semana. Cómo cambia la vida y cómo cambia el fútbol de un día para otro. Al final del túnel siempre hay luz y más si sobre tu manga portas trece Copas de Europa y te llamas Real Madrid.

Solari da órdenes desde la zona técnica. Foto: Liga Santander.
Solari da órdenes desde la zona técnica. Foto: Liga Santander.

Los buenos resultados ya no son solo lo único que acompañan. Hacía tiempo que el aficionado del conjunto blanco no disfrutaba del buen fútbol. Ante el Atlético de Madrid se ha podido ver a un equipo con ideas, gustoso y que sabía a lo que jugaba. No rifaban la pelota, ni perdían la paciencia cuando esta no llegaba. Esperaban su oportunidad, en la sombra, y después volvían a recuperar el control. Un control que fue tan abrumador al final del partido, que a diez minutos del final, aficionados colchoneros se marcharon para no verlo. 

Con sus ideas hasta el final

Ser entrenador del Real Madrid no es una tarea fácil. No cualquiera puede sentarse en el banquillo y despojar una sonrisa cuando todo son sombras. Cuando no hay más que tinieblas y pesadillas acechando por casa. Algunas con nombres de otros entrenadores, que suenan constantemente, y otras que perviven en tu propio hogar y que no aceptan la suplencia. Lo cierto es que el técnico argentino ha apostado por su proyecto e irá con el hasta el final. Para él Reguilón debe ser titular e Isco, uno de los jugadores con más calidad de la plantilla, no está para vestirse de corto.

El Real Madrid celebra el gol de Casemiro. Foto: Liga Santander.
El Real Madrid celebra el gol de Casemiro. Foto: Liga Santander.

La meritocracia es una filosofía de vida y Solari cree firmemente en ella. Se basa en lo que ve en los entrenamientos y las sensaciones que le transmiten sus jugadores. Nadie va a ser titular por haber ganado muchos títulos ni por ser hijo predilecto de la afición. Quién está mejor es el que juega, y de momento, los resultados le están dando la razón. Precisamente ante el Atlético, en una de las visitas más difíciles de la temporada, jugadores como Reguilón y Vinícius fueron los que más destacaron. Ahora, el Madrid está a cinco puntos del Barça -con un partido menos-, con la vuelta de semifinales de Copa aún pendiente por disputar, y en octavos de Champions. Está historia nos suena y, si no cambia el guión de los últimos años, ya sabemos el final.