El Real Madrid no hizo los deberes en casa y, por más que llegue el examen final dentro de dos semanas, las opciones de sacar la asignatura son remotas. Si ya con el partido sin disputar era difícil alcanzar al Barcelona, con este pinchazo los de Solari prácticamente dicen adiós a la Liga y de la forma más trágica. Un partido que comenzó de la mejor manera posible, con el resultado a favor, terminó con remontada de un equipo que en este 2019 no había conseguido ganar ni un solo partido de Liga. La relajación en la segunda mitad fue tan pasmosa, que los visitantes, llamémosles David, se encontraron el carril despejado para derribar a todo un Goliat. 

A pesar de que en el inicio de partido el Girona dio algún que otro susto sobre la portería de Courtois, conforme pasaban los minutos el Real Madrid fue haciéndose dueño y señor del partido. Hubo mucha movilidad de los hombres de arriba y eso se tradujo en ocasiones claras. Lucas Vázquez y Benzema estuvieron especialmente activos y llegaron asiduamente al área del conjunto visitante. Destaca una parada de Bounou al gallego, que dejó sin palabras al Bernabéu.

El gol de Casemiro

No fue hasta el minuto veinticinco cuando, en una segunda jugada a balón parado, Casemiro remató con contundencia el centro de Kroos dejando sin opciones al meta marroquí. Suponía el tercer gol del centrocampista esta temporada y su segundo consecutivo. Sin embargo, el conjunto de Solari no había sentenciado ni mucho menos el partido. Necesitaba un segundo tanto que apaciguara las masas. Benzema tuvo alguna más justo antes de que finalizara el primer tiempo, pero no lo suficientemente claras como para aumentar el ábaco. Los de Eusebio también gozaron de un par de ocasiones, como el disparo de Granell desde fuera del área, pero tampoco fueron manifiestas. El colegiado señaló el fin de la primera mitad con todo abierto y con una sensación agridulce que no terminaba de calmar al aficionado blanco.

Casemiro celebra el primer gol del partido. Foto: Liga Santander.
Casemiro celebra el primer gol del partido. Foto: Liga Santander.

Quizá por ello salió fuerte el Madrid en la reanudación. Cuando el electrónico no señalaba ni el primer minuto de reanudación, Marcelo probó suerte con un potente golpeo desde fuera del área que a punto estuvo de subir al marcador. Bounou sacó una mano milagrosa en lo que Marcelo se lamentaba. Varios minutos después, Benzema se encontró un balón muerto en el área tras una jugada a balón parado. Se sacó un disparo de la chistera que, de no ser porque rebotó en un zaguero, habría acabado dentro de la portería. A raíz de ahí, el Bernabéu se contagió y en forma de cánticos pidió a su equipo un gol más que dejara el partido cerrado para evitar sorpresas de última hora.

Penalti y remontada

No habían acabado de aplaudir a Benzema cuando Solari llamó a Vinicius para que se despojara del chandal. Ocupó el lugar de Lucas Vázquez, que se retiró ovacionado, y con su entrada puso en estado de ebullición al público merengue. Ese estado perduró durante siete minutos hasta que Estrada Fernández señaló penalti de Ramos por una mano dentro del área. Ya había advertido antes el Girona y quién avisa no es traidor. Esta vez Courtois no podría hacer nada para evitar el empate de Stuani desde los once metros.

Portu remata a placer. Foto: Liga Santander.
Portu remata a placer. Foto: Liga Santander.

La historia se volvería a repetir pocos minutos después. Portu, en una magnífica jugada individual, estrelló el balón en la madera. El Girona se había venido arriba y querían el segundo para darle la vuelta al electrónico. No paraba de crear peligro en el área del Real Madrid hasta que, quién sino Portu, aprovechó el rechace de una previa parada de Courtois para anotar el segundo. Lo habían logrado, estaban asaltando el Santiago Bernabéu, y el Real Madrid parecía impasible. 

Reacción insuficiente

Vinicius lo intentó a la desesperada. Parecía ser el único consciente de que la Liga se iba y tuvo dos ocasiones claras. Cuando las tienes hay que meterlas y si no lo haces, lo acabas lamentando. Y eso fue lo que le pasó al Real Madrid en la recta final del partido. De hecho, en una contra, el Girona pudo marcar el tercero que hubiera agotado por completo las opciones de empate. Bale, que salió con media hora por delante, tampoco fue capaz de tirar del equipo en un momento decisivo. Iba pasando el cronómetro y las opciones de pelear con el Barcelona se desmoronaban. Sergio Ramos, ya apercibido en la jugada del penalti, vio la tarjeta roja por juego peligroso cuando intentó rematar de chilena en el área rival. 

Courtois se lamenta. Foto: Liga Santander.
Courtois se lamenta. Foto: Liga Santander.

En el descuento Courtois subió a rematar un córner, que acabó cabeceando, pero se marchó ligeramente desviado. Fue la última del partido y, probablemente, en ese justo momento se terminaron de esfumar las remotas posibilidades que aún tenía el Real Madrid para alcanzar al Barcelona en Liga. Después de haberse puesto por delante en la primera parte, y ante un rival que aún no había ganado un partido de la competición doméstica en este 2019, el conjunto blanco tiraba por la borda tres puntos importantísimos con un Clásico a poco más de dos semanas.