El ilicitano llegó a la UD Almería como un “experimento” en la delantera, ya que él siempre había jugado de extremo en sus anteriores equipos, aunque en el Alcorcón jugó de delantero centro, alcanzando el mayor registro anotador de su carrera, consiguiendo perforar la portería rival en 6 ocasiones. Esto hacía que la afición almeriense no tuviese mucha ilusión de cara al que se presumía que iba a ser su delantero centro titular. Menos mal que la afición se precipitó al juzgar a su mejor jugador.

Álvaro comenzó la temporada plasmando en el terreno de juego lo que sería una constante durante toda la temporada, ofreciendo sacrificio en la presión, calidad a la hora de recibir, bajar y distribuir el balón, aunque no consiguió verse acertado de cara a puerta. Esta mala dinámica de gol acabaría en el Estadio de El Sadar, donde anotaría su primer gol de la temporada de manera muy “pilla”. Álvaro comenzaría a mantenerse constante en la anotación en las siguientes jornadas, y es que tres jornadas después, lograría anotar por primera vez en el Estadio de los Juegos Mediterráneos frente al Reus en casa y otras tres después contra el Albacete en el Carlos Belmonte. El último gol que anotaría en el primer tercio de la temporada fue contra el Sporting en casa en la victoria por 2-1, dejando un balance en este periodo de 4 goles, un bagaje aceptable para un equipo que a priori aspiraba a la permanencia al principio de la temporada.

Álvaro celebrando uno de sus goles frente al Gimnàstic | Fuente: La Liga
Álvaro celebrando uno de sus goles frente al Gimnàstic | Fuente: La Liga

El segundo tercio de la temporada comenzó para Álvaro con un golazo (en una declaración dijo que su favorito de la temporada) frente al Extremadura en un ajustado 1-1 y ya no volvió a “mojar” hasta la jornada 19 frente al Elche con un chicharro de falta y una jornada después frente al Mallorca de penalti. Esta dinámica se vería cortada, ya que sumó hasta cinco jornadas sin ver puerta el delantero del conjunto almeriense. Lograría ver puerta frente al Córdoba en el “Mediterráneo” en la victoria por 3-1 y una jornada después frente al Zaragoza en la valiosa victoria por 1-2 obtenida en la Romareda.

En este tercio de la temporada, el pichichi de la categoría se destapó como un buen goleador, llegando a la gran cifra de 9 goles, pero además su rendimiento no solo se hizo vital en la consecución de los goles del equipo, si no que además su labor en la presión y su gigantesca calidad para recibir el balón e irse de rivales, su capacidad para ser partícipe en las contras y para repartir el balón a lo largo de toda la superficie del rectángulo de juego le hicieron convertirse en una de las sensaciones de la Liga 1|2|3 y por supuesto, en el jugador más importante del equipo junto a Juan Carlos Real, la brújula de este Almería y junto a Saveljich, el kaiser de la defensa rojiblanca.

Álvaro Giménez tras anotar frente al Elche | Fuente: La Liga
Álvaro Giménez tras anotar frente al Elche | Fuente: La Liga

El último tercio de la competición le sirvió para hacerse con el título de pichichi de la competición, ya que en tan solo 14 partidos logró la friolera de 10 goles, logrando una asombrosa media de 0,71 goles por partido. El primer gol de este tramo lo logró frente al Rayo Majadahonda en el empate a 2 que se dio en tierras almerienses. Dos jornadas después volvió a perforar las redes del Estadio de los Juegos Mediterráneos, en concreto dos veces en la victoria por 3-1 frente al Gimnàstic de Tarragona y en la siguiente fecha logró otro dos goles, esta vez en la victoria como visitantes en el Estadio Heliodoro Rodríguez López de Tenerife.

El máximo goleador del Almería volvió a ver puerta frente al Lugo en la decepcionante derrota de los de Fran Fernández por 4-2 en tierras lucenses y para resarcirse de ese tropezón, Álvaro logró su primer hat-trick con la elástica rojiblanca frente al equipo de su tierra, el Elche, en un emocionante partido que acabó con la victoria por 5-3 de la escuadra de estos comprometidos jugadores y cuerpo técnico. Para redondear la temporada, en el último partido, el ilicitano anotó dos magníficos goles, lo que le permitió alzarse con el trofeo de pichichi de la categoría con la friolera de... ¡¡¡¡¡20 goles!!!!!

La afición despidió al equipo con una ovación por la magnífica temporada llevada a cabo, y a su vez, el equipo despidió a Álvaro con una ovación (con manteo incluido) porque gracias a su labor anotadora y a la calidad aportada dentro del campo, los objetivos del club se vieron cumplidos ampliamente y el equipo logró soñar con el Play-Off.