En la segunda jornada llegó la primera victoria. Se espera que la primera de muchas. Y es que el Celta fue un equipo sólido, trabajador, unido y comprometido, tanto en defensa como en ataque. Los pupilos de Fran Escribá salieron al campo con las ideas claras. Posesión, asociación y ayudas defensivas, fueron la clave del partido. Únicamente se produjo una novedad en la alineación, la entrada del central ghanés Aidoo, con la consecuente salida de David Costas. Este movimiento dio una gran solidez defensiva, siendo tanto el zaguero africano como el mexicano Néstor Araujo, la pareja que ha dado más sensación de seguridad en la última época. Ambos centrales estuvieron muy bien en la transición, posesión, marcaje y anticipación, ante un ataque muy potente. 

Por su lado, Marcelino destacó por incluir al ex céltico Maxi Gómez en vez de Rodrigo Moreno, quizás por tener resuelto su futuro fuera del conjunto ché. 

El partido se caracterizó por ser muy intenso desde el principio. Ambos equipos intercambiaron golpes en el medio del campo, sin que hubiesen llegadas a portería. Fue en el minuto 15 cuando, tras una apertura a banda de Iago Aspas, Denis Suárez controló el balón y buscó un pase al interior del área, que Gabriel "Toro" Hernández tocó de manera sublime con el tacón, convirtiéndolo en su primer gol con la elástica celeste.

A partir de ese momento, el partido aumentó, si cabe, la intensidad. El Celta se mostró superior en prácticamente todas las fases del juego, salvo en los últimos diez minutos, donde el Valencia apretó buscando un empate que nunca llegaría.

A la vuelta del descanso, el equipo entrenado por Marcelino intentó replicar lo realizado en la última fase de la primera mitad, aprovechando la falta de ritmo que suele acusar el cuadro celeste al reanudarse el partido. Sin embargo, no sólo consiguió aguantar, sino que comenzó a crear peligro gracias a la calidad y clarividencia de Denis Suárez y Brais Méndez. A los que les gusta el fútbol, les gustan los jugones, y estos lo son un buen rato. Además se asocian a la perfección con los laterales Kevin Vázquez y Lucas Olaza, que estuvieron muy metidos en el partido y ofrecieron velocidad y apertura en unas bandas que suelen abandonar por irse al interior. 

Fue en el minuto 61 cuando Gabriel Paulista tuvo que pedir el cambio por unas molestias físicas que probablemente acarreó el encontronazo que tuvo con Guedes en el calentamiento. Marcelino aprovechó para incluir también a Rodrigo, buscando la espalda de la defensa céltica con velocidad. Pero en la partida de ajedrez Escribá tenía las cosas claras. Defensa unida y reforzar el medio con la entrada de Pape, además de la entrada y debut de Santi Mina, después de que el "Toro" Fernández estuviese exhausto.

En la fase final del encuentro, fue el Celta quien dio muestras de poder hacer más. Denis Suárez y Lucas Olaza se aprovecharon de la salida de Piccini, que provocó el movimiento de Wass al lateral derecho, menos veloz y sin ser defensa. Lo aprovecharon llevando el ataque del Celta por este costado. Fue así como en el minuto 90, en la enésima internada de un Denis Suárez excelso, se pitó un penalti tras derribarle en el área. El encargado de tirarlo fue el de Salceda, que falló desde los once metros con una gran parada de Cillesen. Y no fue la única, sino que minutos antes realizó otra intervención de mérito despejando un disparo que se había envenenado tras golpear en un defensa. Una victoria en el resultado, pero también en el corazón de Balaídos.

Del carro ya no tira sólo Aspas

Denis Suárez llegó diciendo que quería ser importante y nadie duda de ello. Lleva sólo dos partidos oficiales de celeste, pero parece que lleva jugando toda la vida en el Celta. Todo lo hace fácil, y lo que no lo es, lo solventa con una calidad superior. Está físicamente pletórico, pidiendo el balón hasta el minuto 90, y no se esconde en las fases complicadas. Esta noticia es una maravilla para todos, pero sobretodo para Iago Aspas. El moañés necesitaba a alguien que llevara el peso de los encuentros y le permitiera dosificarse para dar un mejor rendimiento, si es que eso es posible. 

Aidoo y "Toro" no desentonaron

La mejor de las noticias fue la actuación de Joseph Aidoo en la posición de central. El ghanés jugó un partido muy correcto ante uno de los mejores ataques de la Liga, siendo capaz de frenar a Gameiro en todo momento. Estuvo intenso y rápido en el corte, donde destacó un pase interior que despejó desde el suelo, evitando lo que podría haber sido el empate del conjunto valenciano.

Por otro lado, Gabriel Fernández fue otro jugador. En su primer partido no estuvo a la altura, sin embargo, en esta ocasión se vio la otra versión. Participativo, peleón, dejó un gol para enmarcar. Se metió en el área pequeña, y con una preciosa definición de tacón, adelantó al Celta. Acabó el partido fundido, pero se llevó la ovación de Balaídos por su trabajo y sacrificio. Se volvió a escuchar "uruguayo, uruguayo". Eso sólo pueden ser buenas noticias.