Sergio González habló con la prensa en esta mañana de viernes en la tradicional rueda de prensa prepartido. El Real Valladolid se desplazará en las próximas horas a Barcelona para disputar un partido exigente frente al RCD Espanyol en Cornellà. Dos equipos que no llegan en una dinámica positiva, especialmente el conjunto perico, ubicado en puestos de descenso con cinco puntos en seis partidos; por su parte, los blanquivioletas acumulan cinco encuentros consecutivos sin ganar; 14º, y con solo un punto más, el único triunfo del Pucela hasta la fecha data de la primera jornada, en aquel 1-2 frente al Real Betis en el Benito Villamarín.
El técnico catalán, que militó como jugador y como entrenador en la escuadra que hoy dirige David Gallego, analizó grosso modo al adversario, del que destacó su potencial y su amplitud de recursos, citando futbolistas tales como Sergi Darder, Esteban Granero u Óscar Melendo. "Es un equipo diseñado para posiciones tranquilas; tienen muchos argumentos". Sergio también comentó el factor emocional de este partido, puesto que el natural de Hospitalet de Llobregat vuelve a la que fue su casa durante varios años: "Espero un buen recibimiento. He sido canterano, capitán y para mí siempre es motivo de alegría regresar a Cornellà".
En la pasada jornada liguera, el Real Valladolid dejó escapar tres valiosos puntos en casa frente a una de las sensaciones del campeonato hasta el momento, el Granada. Paralelamente, el Espanyol también sufrió una experiencia similar, concediendo el empate (1-1) en Balaídos, contra el Celta, en el minuto 95: "Confiemos en que ese suceso pueda afectarles, pero querrán revancha ante su público", aseguró.
Sobre el propio equipo, González se centró en el aspecto físico, por el que no mostró demasiada preocupación: "Los últimos goles encajados no se deben al tema físico, sino a desajustes individuales". En relación a cómo encara la plantilla el choque, detalló: "Queremos ser los protagonistas y hacer daño en transiciones. Tranquilidad, actitud y confianza". Además, avisó de las intenciones del Espanyol, del que pronosticó un juego basado en la fortaleza y la posibilidad de que creen peligro en el primer cuarto de hora de la segunda parte.