El Rayo Vallecano viajaba a tierras oscenses inmerso en una mala dinámica de resultados, encadenando seis jornadas consecutivas sin lograr el triunfo. Esta circunstancia tan determinante había provocado que el encuentro que iba a enfrentar a los franjirrojos con el Huesca se convirtiera en un choque decisivo para el propio técnico rayista que, en caso de no obtener un resultado positivo, podía ser destituido a raíz de la mala racha existente. El partido poseía además un cierto matiz nostálgico y emotivo pues el mister del equipo adversario, Michel, se enfrentaba por primera vez a su exequipo, en el que había desarrollado toda su carrera futbolística y había dado sus primeros pasos en su faceta como entrenador.

Desde el primer minuto de juego el equipo madrileño se mostró con las ideas muy claras y concisas. Los visitantes continuaban fieles a sus intenciones de hacerse con la posesión del balón, pero cada vez que no tenían el control del esférico ponían en práctica una asfixiante presión que ponían en muchísimas dificultades a los jugadores locales. Este hecho se traducía en peligrosas aproximaciones del Rayo al área del Huesca. Así, sobrepasado el minuto 30, tras una elaborada jugada, los vallecanos lograban ponerse por delante en el marcador gracias aun buen disparo de Pozo. Sin duda, un gran impulso anímico para unos rayistas necesitados de acontecimientos positivos. Al descanso se llegaba con este resultado además de con cierta polémica pues se pudo producir un penalti sobre Embarba en los minutos finales del primer periodo, pero ni el árbitro ni el VAR así lo consideraron.

Para el segundo tiempo los franjirrojos para nada se iban a mantener replegados en las proximidades de su portería para tratar de mantener el resultado. Más bien todo lo contrario si cabe. De nuevo los visitantes comenzaron muy enchufados y, cuando todavía no se llevaban disputados ni cinco minutos tras la reanudación, conseguían ampliar su renta en el marcador después de que de nuevo Pozo anotara otro gol al aprovechar un balón suelto en el área del Huesca. Las sensaciones positivas, esta vez sí, se encadenaban para el Rayo Vallecano al tiempo que los aragoneses recibían un nuevo y duro mazazo. Volcados al ataque, los locales únicamente se centraban en recortar distancias, propiciando que los rayistas tuvieran nuevas oportunidades para incrementar su ventaja. Sin embargo, ninguno de los dos equipos acertaba a anotar ningún tanto más y el partido llegaban a la conclusión con el triunfo del Rayo Vallecano por 0 - 2 y unas muy buenas sensaciones transmitidas durante los 90 minutos.

Importancia del triunfo

Paco Jémez ensalzaba y ponía en valor lo conseguido y transmitido por sus jugadores en el encuentro debido, sobre todo, a que se trataba de "un momento muy delicado para nosotros, teníamos una situación por delante bastante, bastante difícil". "Los buenos jugadores, los buenos equipos cuando mejor demuestran o tienen que demostrar lo que son es en las situaciones comprometidas".

Destacaba también el entrenador rayista la dificultad del partido y del rival ya que se trataba de "uno de los rivales más en forma de la categoría, uno de los mejores, un rival muy complicado, muy bien trabajado".

Comentaba que en muchos otros partidos se habían producido injusticias respecto al resultado final y los merecimientos del Rayo y en este encuentro "el resultado ha sido bastante, bastante justo" y por ello se mostraba "muy contento por todo" y por haber conseguido la victoria "en el momento que la hemos conseguido y sobre todo también por donde es".

Dudas existentes tanto en el equipo como en el propio técnico

Al ser preguntado sobre la incertidumbre existente respecto a su continuidad en su cargo, así como las actuaciones de sus jugadores, el técnico franjirrojo se mostraba contundente y sincero y reconocía no creer que "el equipo genere dudas", si no que "el equipo no estaba consiguiendo buenos resultados haciendo muy buenos partidos".

"Dudas de cómo juega el equipo, de lo que somos capaces de hacer sobre un campo no había, yo no he tenido nunca dudas, hemos hecho tan buenos partidos como este y hemos perdido y eso era lo que le faltaba al equipo, el poder reflejar en el marcador todo lo bueno que hace encima de un campo".

"No era un equipo muerto, no era un equipo que no tuviera balón, no era un equipo que no generase ocasiones, no era un equipo que te transmitiese buenas sensaciones, eso siempre lo hemos hecho". "En ningún momento he dudado de la profesionalidad y de la capacidad de mis jugadores".

Respecto a su posible destitución en caso de no obtener el Rayo un resultado positivo, Jémez se mostraba tranquilo y se sinceraba de forma peculiar en que "un entrenado está para que le den ostias, yo ya tengo el culo pelao de muchas situaciones de muchos años y esto no me sorprende, asumo toda la responsabilidad porque creo que tiene que ser así, ese es mi trabajo".

Reconocía que el fútbol y su trabajo depende solo y exclusivamente de los resultados y por ello agradecía estar en el conjunto que estaba "pues si hubiera estado en otro equipo alomejor ya no estaba en el cargo, en el Rayo se tiene mucha paciencia con quien se confía".

Nombres propios

El entrenador vallecano era cuestionado respecto a varios jugadores en particular y de su actuación e incluso presencia novedosa en el partido, como era el caso de Tito y Andrés Martín.

Respecto al primero de ellos, el técnico visitante transmitía su intención de probar cosas nuevas pues cuando no llegan los resultados de alguna forma hay que intentar remediarlo. Además, el propio defensa ya había actuado en alguna que otra ocasión en la posición de lateral izquierdo precisamente bajo las órdenes del propio Paco Jémez, por lo que esta situación no le resultaba del todo desconocida. De Tito esperaba el mister más presencia defensiva y afirmaba estar muy contento ya que "lo ha hecho muy bien, Tito es un chico que se adapta a cualquier situación, siempre te da una alta nota".

En cuanto a Andrés Martín reconocía también su felicidad por su actuación y juego desarrollado pues, aunque "en la primera parte le costaba entrar en juego, ha ido de menos a más, nos ha dado mucho trabajo y hoy se ha reivindicado".

Por último, era cuestionado por los hombres que había dispuesto para el encuentro en el centro del campo, juntando a Mario Suárez, Trejo y Pozo. De ellos afirmaba que constituían un medio campo "de los mejores de la categoría con diferencia" y eran unos jugadores capaces de "darte trabajo, tener una calidad técnica espectacular, visión de juego, experiencia". Sin duda, "hoy ha sido una de las partes más importantes de la victoria del equipo, ha sabido hacer en cada momento lo que teníamos que hacer". "Es un lujo poder contar con este tipo de jugadores".