A lo largo de estas semanas, desde la destitución de Albert Celades, han sido muchos los nombres que han sonado para ocupar el banquillo de Mestalla. 

  • Laurent Blanc: jerarquía

Uno de los candidatos que sonó desde el principio y con bastante fuerza. El francés lleva sin equipo desde 2016, cuando dejó el Paris Saint-Germain. Es cierto que el galo no tiene una formación predeterminada, ya que tiene varias favoritas, pero el 4-4-2 y 4-3-3 son sus predilectas. Sería una buena opción para el banquillo de Mestalla, pero es cierto que le gusta mucho tener el balón y hacer correr al rival, en definitiva: jugar. Destaca por su capacidad ofensiva, dejando la solidez defensiva en un segundo plano. 

  • Javi Gracia: equilibrio y adaptación

Con menos fuerza, pero también como candidato firme al banquillo ché. Su formación favorita es el 4-4-2 con doble pivote, podríamos decir que para él es innegociable. En el Watford demostró ser capaz de adaptarse a las virtudes de sus futbolistas. Línea de 4 atrás, doble pivote más dos interiores para acumular gente en medio campo y 2 puntas.  Practica un fútbol bastante directo que podría ser beneficioso para el Valencia.

  • Rubén Baraja: rendimiento y efectividad

En este caso, es una cara ya conocida para la afición. Es, probablemente el entrenador más novel de todas las opciones que han sonado, pero la idea del vallisoletano es muy acorde al estilo del Valencia. Es fiel al 4-4-2, dando mucha importancia a la solidez defensiva y haciendo daño al contragolpe. Cuida mucho la alimentación y la gestión del descanso, hábitos que dice aprendió de Rafa Benítez en su etapa por el Valencia. Le gusta jugar con la presión adelantada y aprovecha el poderío físico para tener superioridad.

  • José Bordalás: carácter y competitividad

El técnico del Getafe ha demostrado ser más que válido para sacar el máximo rendimiento de su actual equipo. Su formación favorita es la formada por un 4-4-2 con doble pivote. Apuesta por la efectividad y la competitividad, con una virtud característica: es un verdadero muro en defensa. Sus armas secretas podrían definirse en: intensidad, presión, colocación táctica y el despliegue ofensivo a la contra. Sus jugadores jamás dan un balón, ni mucho menos un partido, por perdido.

Entre estos cuatro técnicos, probablemente el que menos encaja con la filosofía y estilo de juego del club sea Blanc. El Valencia ha sido, desde tiempos inmemoriables bronco y copero, algo que no casa mucho con la opción de tener el balón y ganar en porcentaje de posesión al rival.

Sin embargo, salta a la vista que el candidato perfecto es Bordalás. No solo por estilo de juego, perfectamente compatible con el conjunto ché, sino también por su conocimiento de la liga y su capacidad de sacar rendimiento a todos sus jugadores y convertirlos en guerreros, empapándolos de un carácter tan reconocible como necesario.