El Valencia Mestalla disputó su tercer amistoso de la pretemporada, midiéndose al submarino amarillo B, equipo con el que comparte el subgrupo b, en el grupo III de la Segunda División B, el cual representó el partido más exigente de los que había disputado hasta ahora. 

Desde los primeros minutos, la intensidad se hizo presente y ambos conjuntos buscaron dominar a su rival mediante la posesión del balón, sin embargo el Villarreal fue el que más peligro causó sobre la meta de los murciélagos, poniendo muy pronto en predicamentos al guardameta Charly quien despejó un mano a mano y además vio como su portería estuvo a punto de ser vulnerada con el tiro al travesaño. 

El equipo de Óscar logró igualar el trámite del partido y consiguió a los 15 minutos su primera aproximación de peligro en los botines de Carlos González pero su remate pegó en el poste y 5 minutos después este mismo jugador lanzó un tiro a penas por encima de la cabaña amarilla. 

Poco después de media hora de juego el equipo de Vila-real se puso al frente en el marcador con gol de Milán, mismo que desconcertó al equipo blanquinegro y de inmediato impactó en su funcionamiento.

A penas comenzaba el segundo tiempo y Pacheco amplió la ventaja para los visitantes, lo que hizo un partido muy complicado para el Valencia, quien a pesar de intentar, no consiguió anotar para descontar. 

Será muy importante que Óscar Fernández trabaje con sus muchachos en la concentración para no permitir recibir goles de vestidor que cambian totalmente el trámite y la planificación de los partidos. 

El Villarreal ha representado el rival más duro para el Mestalla en su pretemporada, ya que anteriormente había disputado uno ante un combinado de la AFE, el cual ganó por 2-0 con anotaciones de Carlos González al 42' y un autogol en el 82' y posteriormente disputó otro contra el juvenil A, saliendo victorioso por la mínima diferencia. 

La próxima semana, se tendrá otro amistoso ante el submarino con la mira puesta en mejorar al 100% lo hecho el lunes, el cual será disputado en Paterna, bajo los protocolos de sanidad más estrictos en busca de prevenir el contagio de COVID-19.