En caída libre y sin frenos. Así llegaba el FC Barcelona al partido de liga correspondiente a la jornada 9 tras una serie de contratiempos que provocaron su caída en la clasificación, tanto que llegó a estar en la 13ª posición al arranque de dicha jornada. 

Saltaba la sorpresa una hora antes del arranque del choque. Para recibir al Betis en el Camp Nou, Messi arrancaría el partido desde el banquillo, otorgando galones a Griezmann, encargado de ocupar la posición del crack de Rosario. Comenzó el partido de manera vibrante, con un ritmo muy alto donde tomaron un papel destacado los atacantes por delante de las defensas, sinónimo del estilo de juego ofensivo propuesto por ambos técnicos.

Antoine Griezmann fue el jugador más destacado del primer tiempo, puesto que tuvo hasta tres oportunidades claras frente al arco rival de Claudio Bravo, pero como suele suceder en los últimos meses, con el punto de mira desviado. El que no falló fue Ousmane Dembelé, que tras un recorte seco, soltó un disparo cruzado a la par que potente que batió al guardameta rival. Los tres de arriba fueron tan peligrosos que, en una de estas, Ansu Fati provocó un penalti cometido por Aissa Mandi.

Griezmann, encargado de ejecutar la pena máxima, erró el lanzamiento y aumentó su desesperación de cara a puerta, gritando y lamentándose como el que más. El partido seguía abierto en ambos bandos y, tras la enésima aparición por banda derecha de Álex Moreno, superando siempre a sus marcadores Dembelé, Sergi Roberto o Gerard Piqué, puso un balón al corazón del área que un depredador como Sanabria no pudo ni quiso errar para llegar en tablas al descanso.

Messi, de nuevo estelar

Messi saltó al campo en los últimos 45 minutos para suplir a un tocado Ansu Fati. Poco tiempo tardó el argentino en crear temor a la defensa rival, moviéndose con sigilo entre zagueros y centrocampistas rivales, propiciando pases peligrosos para sus compañeros en ataque... cualquier duda sobre su rendimiento podía desvanecerse. Cuatro minutos le bastaron para sacar el conejo de la chistera, tras dejar pasar un balón al que parecía que debía impactar, dejando en el suelo a Mandi y Bravo para que llegara por detrás Griezmann y embocara a puerta vacía. El Betis no dejó de intentarlo, pero unas manos de Mandi en el área propia, provocaron la expulsión del zaguero marroquí y el posterior gol de Messi, que sumaba otro gol de penalti esta temporada.

Tras ese despropósito del equipo visitante, el Betis no supo rehacerse y, pese a intentarlo sin cesar, las fuerzas cada vez flaqueaban más en las piernas blanquiverdes. La última media hora fue un correcalles en el que brillaron los laterales azulgranas, que ambos dieron asistencias para Messi y Pedri, que cerraron así el marcador azulgrana. Loren Morón descontó para los visitantes y cerraron así un partido vibrante en el que los dos equipos dieron una gran imagen para el espectador.

El Barcelona empieza a escalar puestos en la clasificación pese a haber disputado dos encuentros menos en la Liga Santander. Parece que momentáneamente desaparecen los fantasmas alrededor de la puntería y eficacia de cara a gol de los delanteros del Camp Nou, al mismo tiempo que, poco a poco, Messi vuelve a ser la estrella que guía al Barcelona. 

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