Ilusión. Así es como podría definirse la aparición de tres jugadores nacidos en el año 2002 en la alineación inicial del Real Madrid Castilla. Quemando etapas y apostando por el talento forjado en La Fábrica, Raúl González Blanco recurrió a la cantera ante el alto número de bajas, sobre todo el defensa, que arrastraba su equipo. Con Víctor Chust convocado por el primer equipo, Pablo Ramón lesionado y Mario Gila y Miguel Gutiérrez con molestias leves, el ex-jugador de la primera plantilla blanca optó por dar entrada a Álvaro Carrillo y Alberto Retuerta, ambos con peso en el Juvenil A de Jorge Romero. En la misma línea y en el flanco de ataque, la ausencia de Marvin Park fue suplida a la perfección por Peter Federico, habitual en la etapa de preparación de la escuadra vikinga

'Retu' se zafa de la presión de David Haro | Fuente: www.realmadrid.com
'Retu' se zafa de la presión de David Haro | Fuente: www.realmadrid.com

Contundente y sólido en defensa, Carrillo demostró sus cualidades, además de un entendimiento superlativo con Sergio Santos, central reconvertido, con el paso del tiempo, a lateral derecho. Consecuentemente, ambos cumplimentaron una primera parte excelsa, minimizando las muchas virtudes y cualidades de las que disponen los atacantes de la escuadra balear. En la banda izquierda, 'Retu' demostró una incombustibilidad necesaria para percutir por el costado zurdo de manera constante, al igual que una interiorización de los automatismos defensivos impropia para un jugador tan joven. El dorsal 24 del Real Madrid Castilla fue sustituido en la segunda mitad, tras cuajar una actuación notable en su primera titularidad con el equipo encabezado por Raúl. 

Peter, durante el partido ante el CD Atlético Baleares | Fuente: www.realmadrid.com
Peter, durante el partido ante el CD Atlético Baleares | Fuente: www.realmadrid.com

En la línea de ataque, Peter Federico consiguió desquiciar a los defensores del CD Atlético Baleares, dejando entrever el desborde y la calidad que atesora. Con algo más de experiencia en la dinámica del filial madridista, el habilidoso extremo de 18 años se apuntó una asistencia, además de varios regates de quilates que invitan al optimismo más absoluto. Por último, Israel Salazar, delantero centro nacido en el año 2003, ingresó en el segundo acto para buscar un gol que decantase la balanza, de nuevo, en favor del cuadro local. Pese a no ver puerta, el técnico blanco continuará recurriendo a él siempre que el juego y la dinámica del Juvenil A lo permitan.