El conjunto txuriurdin se resarció de la derrota ante el todopoderoso Barça en un partido clave para meterse en lo más alto de la clasificación, a tan solo un punto del Real Madrid. La escuadra donostiarra demuestra que es un equipo al que no le faltan recambios, en un encuentro en el que salieron sin la estrella Nahikari.

Por otro lado, el Espanyol acaba la jornada a mitad de tabla, acumulando otra derrota en el casillero. Se hunden otra vez las catalanas en una  mala dinámica que parecía haberse dejado atrás, después de conseguir cuatro puntos en las dos últimas jornadas.

 

  •  "Zarpazo" que asombra Zubieta

El partido comenzó sin ningún apuro. Fueron minutos de tanteo en los que cada equipo empezaba a implantar su estilo de juego sobre el terreno de juego. La Real Sociedad tocaba y el Espanyol mordía por mediación de Lombi y Vanegas, que estaban en constante cambio de posición para turnarse y no agotar sus energías a la hora de presionar.

Esta presión incomodaba a las realistas, que no encontraban la manera de conectar con la delantera. Sin embargo, de un balón en banda que recibió Nerea Eizaguirre sin aparente peligro, se inventó un disparo que dejó helada a lo guardameta del Espanyol, Dossey. Nada pudo hacer la americana en un golpeo al que no faltó potencia además de precisión. Era el 1-0 para las de Zubieta.

Este gol tuvo un impacto a medio plazo para "las pericas", que debido a su asfixiante presión, forzaron un fallo de la central Mendoza en la cesión, lo cual provocó una doble ocasión para el Espanyol que se marcharía directamente fuera. Digo a medio plazo, ya que tras diez minutos de leve sufrimiento para la Real, las donostiarras supieron hacerse con el dominio del encuentro sin permitir crear ocasiones a las catalanas.

  • Muchos km para tan poco peligro

Las de Rubén Casado se mantuvieron fieles a su estilo y siguieron corriendo e intentando robar en tres cuartos de campo, zona en la que las zagueras Etxezarreta y Lucía se desenvolvían para mover rápido la pelota y deshacerse de dicha presión. 

A excepción del final de la primera parte, en el que el Espanyol acribilló durante un par de minutos a la Real a base de saques de esquina, dio la impresión de que el esfuerzo realizado no llegó a buen puerto, puesto que se iban agotando las visitantes sin obtener apenas ocasiones de gol.

Los cambios llegaron pronto en las filas de la Real Sociedad, donde entraron las centrocampistas Leire Baños y Franssi para dar frescura a las jugadas combinativas de las locales. Al Espanyol le costó un poco más hacer su primer cambio, habiendo sobrepasado ya la mitad de la segunda parte en Zubieta. Esta tardanza por parte del técnico catalán y la utilización de apenas tres cambios, pudo haber dificultado la constancia en la presión del conjunto perico, que acusó los minutos y vio cada vez más lejanas las probabilidades de llevarse la victoria.

  • Misión cumplida bajo el chaparrón

Finalmente, la Real Sociedad se lleva una victoria muy trabajada en casa ante un rival que fue de más a menos, pero que lo intento hasta el final en Zubieta.

Mucha lluvia en un terreno de juego que merece mención especial, ya que se mantuvo los noventa minutos en unas condiciones óptimas. El balón rodaba sin interferencias, no se acumuló en exceso el agua, y se pudo disfrutar de una bonita tarde de fútbol, en la que se sigue echando en falta, más en un día como hoy, la calidez de los aficionados en la grada.