El domingo próximo la Sociedad Deportiva Eibar afrontará su décimo tercer encuentro de Liga, cuando visite Anoeta para enfrentarse a la Real Sociedad, un oponente que viene de una prestación sobresaliente en el certamen liguero y de reciente obtención del boleto a los dieciséisavos de final de la UEFA Europa League. Indudablemente, se presagia un compromiso de convergencia de intensidades, ya que tanto a los blanquiazules como a los azulgranas les gusta plantar a su equipo con una línea de presión adelantada, prácticamente con la defensiva costeando o superando la medular del campo.
Observando el último encuentro disputado por el representativo txuri urdin, Imanol Alguacil configuraba a sus dirigidos bajo el esquema de 4-3-3. En él se encontró a Álex Remiro bajo palo, teniendo por delante a la zaga central que integraron Igor Zubeldia (centro-derecha) y Robin Le Normand (centro-izquierda), mientras que Joseba Zaldúa (derecha) y Nacho Monreal (izquierda) completaron la última línea. Por su parte, en la zona de máquinas estuvieron Martín Zubimendi (pivote defensivo) junto a los interiores Ander Guevara (derecha) y Mikel Merino (izquierda). Finalmente, en ofensiva: Adnan Januzaj (derecha), Willian José (centro) y Portu (izquierda).
Zubimendi, al estilo
Uno de los encastres claves en la maquinaria de la Real Sociedad es su centrocampista más retrasado: Zubimendi. El futbolista que saliera de la cantera blanquiazul, es el principio del juego del cuadro de San Sebastián, ya que una vez que la zaga defensiva sale desde atrás este se coloca a su altura prácticamente como falso central para darle el primer pase. Además, ante una presión que impide jugar por dentro en el primer pase, su retroceso es clave para tocar con el lateral. A su vez, esta circunstancia adquiere importancia puesto que los centrales no se destacan por la conducción y posterior ruptura como segunda línea con el equipo en construcción.
Todas estas situaciones se observaron en la última presentación del cuadro realista en el estreno del Estadio Diego Armando Maradona por la Europa League ante el Nápoles. Es decir, el cuadro sureño, con sus tres atacantes obstruía la salida limpia tanto con Zubimendi dentro de la zaga como cuando este se colocaba de pivote donde por detrás de esa línea de tres atacantes napolitanos, el canterano quedaba rodeado por un círculo. En consecuencia, esa imposibilidad de recurrir al juego interior obligó a tocar con los laterales y que estos conectaran por dentro con los interiores. Otro de los aspectos a valorar que evidenciaba el futbolista nacido en 1999 era cuando Le Normand se tiraba a pasar entre líneas, entonces, el pivote pasaba a ocupar la posición de falso central en cobertura. También, con el resultado en contra y en la urgencia de conseguir un gol para alcanzar el empate para clasificar, Zubimendi (centro-derecha) pasaba a la línea de tres que formó junto a Zubeldia (centro) y Modibo Sagnan (centro-izquierda).
Los laterales, profundos y de recorrido
Por otro lado, junto a la importancia de Zubimendi los defensas laterales forman parte de un enclave de la estructura. En el aspecto defensivo, forman una opción para la salida imposibilitada por el juego interior mientras que su proyección recorre toda la banda para pasar al aspecto ofensivo. En esta faceta, se observaba como realizaban un intercambio de roles. Por ejemplo, en el costado derecho Januzaj permaneció pegado a la línea de cal, mientras que su compañero Zaldúa o Gorosabel marcaron un juego hacia adentro. Por el contrario, en el otro costado ocurrió una circunstancia opuesta, ante la salida de Portu y el ingreso de Ander Barrenetxea este jugó más cerrado para dejarle camino liberado a Monreal o Aihen Muñoz. En cuanto a la profundidad de los dos costados, se vislumbró más sociedad entre el lateral-extremo por el costado izquierdo con las incursiones de Monreal, mientras que la derecha apelaba más al juego individual y uno contra uno de Januzaj.
Los interiores por su parte, no se implicaban en la salida dejando para ello a Zubimendi. Una vez que este recibía, ambos se ofrecieron como opción de pase cada vez que los laterales intentaron conectar por dentro. Pero, su labor no se circunscribía sólo a ello sino sino que una vez que el equipo progresaba se adelantaron como alternativa al lado de la referencia de área Willian José. Esa capacidad de inmiscuirse por detrás del interior del mediocampo del Napoli con posibilidad de filtrar pases entre líneas les daba mayor vigor y consistencia para colgar balones en el intervalo central-lateral, teniendo cada uno de los atacantes la oportunidad de en carrera dejar atrás a la defensiva rival. Otra cuestión, el trabajo de Willian José de actuar como falso '9', tirándose hacia adelante para pivotear y yendo a buscar contribuyó a dejar un espacio libre para que estos interiores ocupen esa zona libre atacando como falsos delanteros. O bien, en el juego de bandas ofreciéndose como una alternativa para la asociación.
La presión, arma letal
Una de las herramientas más positivas que posee la Real Sociedad es su disposición y adelantamiento para someter a su rival con una presión elevada colocando a prácticamente todo el equipo (excepto el portero) en campo rival para recuperar en alto y generar de inmediato una situación de peligro. De la misma manera que este instrumento actúa como factor a valorar, para los centrales o al equipo en pleno retroceso cuando se saltean esta línea de presión, representa una dificultad porque a ellos les quedan más de 50 metros por recorrer. Al quedar de espaldas los laterales y viéndose superados en esta línea como asimismo los interiores, queda pnartidos en cierto sentido los cuatro defensas junto a Zubimendi o el desplazamiento de los centrales a la zona del lateral para cubrir. En esas condiciones, en el pase frontal por delante de los interiores en el intervalo de central-lateral o entre los centrales, ellos representan una amenaza para hacerle daño al cuadro realista. También otra opción es el pase diagonal en estas circunstancias desde el extremo en diagonal, entre el central y el lateral.
