Vuelve a la senda de la victoria el conjunto txuriurdin. Después de cinco jornadas ligueras en las que la Real no consiguió la victoria, la escuadra donostiarra derrotó con facilidad al cuadro gaditano. Los primeros 45 minutos dieron para mucho; tanto que la Real Sociedad dejó el encuentro casi finiquitado antes de marcharse al descanso. Dos goles y una expulsión hicieron que el conjunto de Álvaro Cervera se fuera al descanso por debajo en el marcador y con un hombre menos.

  • Oyarzabal vuelve a ser decisivo

Comenzó el encuentro y desde el saque de centro se veía que la Real quería llevar el mando del choque. Con posesiones largas y jugadas peligrosas de ataque, los donostiarras no dejaron que el Cádiz pudiese desarrollar su juego. Irónicamente, cuando el conjunto de Cervera parecía despertar, una mano dudosa de Negredo a la salida de un córner hizo que Oyarzabal dispusiera de un penalti en el minuto 26. Con una sutileza envidiable, el eibarrés espero a que Ledesma se venciera hacia un lado para alojar el balón en las mallas y hacer el primer gol del partido. Tan solo diez minutos más tarde, Oyarzabal volvió a aparecer para hacer el segundo del partido y de su cuenta particular. Recibió a la espalda de la defensa el internacional español, cuerpeó con contundencia ante Marcos Mauro y batió con sutileza al arquero en el mano a mano.

  • Una expulsión al borde del descanso

Los 45 minutos de la primera mitad se habían cumplido y el cuarto árbitro añadió tres minutos más. Fue entonces cuando Oyarzabal volvió a ganarle la espalda a la defensa gaditana y cuando ya encaraba portería, Marcos Mauro lo derribó por detrás. Dubitativo, el colegiado Pizarro Gómez pitó la infracción y le mostró la tarjeta amarilla. Inmediatamente, el VAR advirtió al trencilla que la infracción podía acarrear una sanción disciplinaria incluso mayor y tras consultar con el monitor, Mauro fue expulsado por el árbitro. El encuentro se puso muy cuesta arriba para los andaluces, que no solo tenían que remontar una diferencia de dos goles, si no que además lo tenían que hacer con un efectivo menos que sus rivales.

  • La racha goleadora de Isak se prolonga

Una vez más, partido sobresaliente del ariete sueco de origen eritreo. No solo marcó dos goles, si no que estuvo participativo y asociativo con sus compañeros durante todo el choque. Su primer tanto vino tras un pase al espacio maravilloso de Januzaj. El delantero realista controló dentro del área y con una vaselina sin mucha altura consiguió batir al guardameta amarillo. Igual que como ocurrió en la primera mitad con Oyarzabal, el sueco solo necesitó de cinco minutos más para marcar su doblete. Gorosabel puso un centro preciso a la cabeza de Oyarzabal, este remató algo centrado y tras el rechace que dejó el guardameta del Cádiz, Isak remachó de cabeza a portería vacía. Nueve goles lleva ya Alexander en lo que va de liga, uno menos que su compañero de equipo Oyarzabal.

  • El gol del orgullo

No conseguía el Cádiz zafarse de la presión realista en las pocas ocasiones en las que tenían el cuero en su control. Cuando parecía que la Real tenía el partido más que encarrilado y que la goleada podría ser incluso mayor, apareció Jairo para marcar el gol del orgullo para los gaditanos. Buen desmarque del jugador de Sanlúcar de Barrameda que recibió un envío preciso de Perea, controló por delante de Gorosabel y batió sin demasiadas complicaciones ante Remiro. Primer gol de esta liga 20/21 para el jugador del Cádiz que puso un mínimo de aliciente a un choque más que decidido para entonces.

  • Mucho trabajo en la sala VOR

El colegiado internacional Antonio Mateu Lahoz fue el encargado de ser el colegiado VAR. Mucho trabajo para el árbitro valenciano que tuvo que intervenir en más de cinco ocasiones. Haciendo un resumen, Mateu advirtió al colegiado principal de una mano dentro del área de Negredo que pasó desapercibida para la mayoría que acabó indicando pena máxima. Unos minutos más tarde, mandó al colegiado de vuelta al monitor y al final desestimó un penalti que de primeras Pizarro había indicado en contra de la Real. Finalmente, recomendó al colegiado principal que revisara la amarilla que le mostró a Marcos Mauro y después de volver a mirar en el monitor lo acabó expulsando.

Todo eso, sin contar todos los goles en los que tuvieron que sacar la escuadra y el cartabón para analizar las posiciones de los atacantes. De hecho, el único gol que no necesitó tirar las líneas para comprobar el fuera de juego fue el que marcó Oyarzabal de penalti. Los cuatro goles restantes, tres de la Real y el solitario del Cádiz, tuvieron que ser analizadas con lupa para saber si los atacantes partían en posición correcta. Mucho trabajo para Mateu Lahoz que solventó el encuentro con decisiones acertadas.

  • Vuelve el mago de Arguineguín

Las buenas noticias, como las malas, nunca vienen solas. En este caso, la victoria vino acompañada de la reaparición de David Silva tras dos meses de baja. Ya reapareció a finales del año 2020 frente al Atlético de Madrid, pero volvió a caer lesionado hasta ahora. Disputó 27 minutos el ex del Manchester City que empieza a recuperar sensaciones para volver a ser el mago que hechizó a todos en su llegada a San Sebastián. La Real Sociedad a echado mucho de menos al mediocampista ganador de un mundial que sigue ilusionando y dibujando sonrisas en los rostros de los aficionados txuriurdines.

  • A pensar en el próximo rival

Desde ya el cuadro dirigido por Imanol Alguacil se centra en su próximo choque que le enfrentará al Getafe. Curiosamente, el encuentro se jugará exactamente una semana después de este frente al Cádiz, ya que volverán a jugar el domingo a la misma hora. La escuadra madrileña viene en muy mala racha tras caer derrotados frente al Sevilla esta misma jornada y además con la expulsión de su central Djené. A la derrota frente al Sevilla se le suman un empate sin goles frente al Alavés y una contundente derrota por 5-1 frente al Athletic de Bilbao. Los txuriurdines tratarán de seguir en esta línea, mientras que el Getafe intentará cambiar la suya. Por ahora, la Real Sociedad puede volver a sonreír, porqué el invierno se acaba y la luz vuelve a aparecer por Donostia.