Hoy, a partir de las 20 horas, Egipto se enfrentará a Senegal en la final de la Copa África. Un equipo se alzará con el trofeo y Carloz Queiroz, entrenador de la selección egipcia está muy cerca de hacerlo. Queiroz llegó al Real Madrid en el año 2003 tras la marcha de Vicente del Bosque y con varios frentes abiertos en el equipo.

Nada más llegar al equipo, se marchó Makelele, Fernando Hierro y Morientes al Mónaco. A cambio de eso llegaron Beckham y Solari, pero pidió más fichajes en el verano que llegó. Muchos de los jugadores que fueron dirigidos por él han hablado de cómo fue el portugués en el vestuario blanco.

La sinceridad de Míchel Salgado

Míchel Salgado fue uno de los que estuvo en aquel año a las órdenes de Queiroz, quien recuerda con cariño aquel año: “Personalmente fue un año bueno con él. Como entrenador es educado, de buena mentalidad futbolística, de buen trato, de mucho respeto con los jugadores. Muy buena persona. Con Queiroz hicimos ocho meses de un fútbol espectacular, casi casi preparados para ganarlo todo, pero luego tuvimos esos malos partidos, inexplicables en los que perdimos todo. Fue injusto lo que vivió. Tenía que haber ganado algo. En ese sentido tuvo mala suerte".

"Estuvo en el Manchester United de asistente de Ferguson, uno de los mejores. Vino a Madrid y no lo hizo mal. Tuvo más mala suerte que otra cosa. Tenía unas ideas muy claras del fútbol. Hablé con él durante el Mundial. Hizo un gran trabajo con Irán y ahora tiene una gran oportunidad de ganar el título con Egipto. Le deseo todo lo mejor por él y por la selección de Egipto. Estuve trabajando allí como tercer asistente cuando estuve sacando la licencia y tengo algo especial con ellos. Lo que hizo con Irán y ahora en Egipto es algo muy bueno", explicó el lateral derecho.

La admiración de Solari

El ex mediocentro destacó el respeto que tiene hacia el portugués: "Tengo mucho respeto por Queiroz. Venía de Inglaterra y le aportó al equipo algunas características distintas. Hacía mucho hincapié en la verticalidad y las transiciones. Fue una pena que en su año en el Madrid no lográramos sostener el ritmo que impusimos en el primer semestre, que fue excelente. Le deseo lo mejor para la final".

Especial cariño de Figo

 El compatriota de Querioz tiene un respeto especial por el técnico luso, pues coincidieron en diferentes equipos y lo considera un padre futbolístico: "Queiroz ha sido como un padre futbolístico para mí. Tuve la oportunidad de formarme con él en las categorías inferiores de la selección, ganando muchos títulos importantes a nivel de formación. Después trabajé con él en el Sporting, Real Madrid, selección. Creo que por encima de todo ha sido una persona muy importante en mi carrera profesional. En su primera parte de su carrera fue un entrenador muy importante para la formación de Portugal con mucho talento. Como entrenador es organizado y conocedor del mundo del fútbol. Ha pasado por muchos países y ha ganado mucha experiencia. Ha sido muy importante para mí a nivel profesional, como un padre y le deseo toda la suerte para la final".

El buen recuerdo de Pavón

Paco Pavón fue un jugador importante en aquel Real Madrid y también tiene buenas palabras de Queiroz: "Le tengo cariño porque se portó muy bien con todos, hacía vestuario. Llegó en un momento muy difícil porque se echó a Del Bosque después de ganar la Liga. Llegó sin mucho cartel y se ganó al vestuario. Jugamos grandes partidos, con un fútbol muy bonito. Aspiramos a todos hasta que perdimos la final de Copa, la eliminación ante el Mónaco y perdiendo los últimos cinco partidos. No le hizo justicia a su trabajo. Fue capaz de juntar a tanta estrella que había. Hizo un buen trabajo y llegó con un buen equipo, con muchas ganas y que no ponían una mala cara a nadie. Tengo muy buen recuerdo de él la verdad".

El diálogo, importante para Portillo

El canterano también fue importante en el equipo, llegando a jugar 29 partidos en toda la temporada: "Fue una sorpresa su llegada porque habíamos ganado la Liga con Del Bosque. Venía de trabajar con Ferguson. Era próximo al jugador, le gustaba hablar con todos y nos trataba a todos por igual. Me explicaba muchas cosas. A nivel táctico su trabajo era muy correcto. La plantilla se quedaba corta, teníamos poco fondo de armario, pero es cierto que trabajaba muy bien y una de sus virtudes era el diálogo con el jugador. Teníamos una plantilla muy contrastada, de máximo nivel y aplicar la táctica cuando juegas setenta partidos al año es más complicado que en otro tipo de equipos. Buen entrenador al que le deseo suerte para la final con Egipto. Vino con un gran equipo de trabajo”.