No corren buenos tiempos por Milán. Ambos equipos de la ciudad andan en horas bajas (el Inter continúa atravesando el árido camino que sucedió a la conquista de la Champions League en el año 2010, mientras que el Milan trata de recuperarse de la marcha de dos de los hombres más importantes que hayan pisado San Siro en los últimos años: Ibrahimovic y Thiago silva), sin embargo el Milan tiene la oportunidad de resarcirse de su mala situación en liga. Su competición fetiche puede ser el antídoto perfecto para alejar las críticas.

De momento, la llegada de Seedorf ha supuesto un cambio en lo que al sistema de juego se refiere, quedando demostrado en apenas unos partidos que el 1-4-2-3-1 será la base sobre la que se asentará el estilo de este nuevo Milan que capitanea el técnico de Surinam. Existen dudas acerca de la capacidad de Seedorf para liderar un proyecto de tal envergadura, tratándose además de su primera experiencia en un banquillo, pero de momento ha demostrado sentirse muy seguro de cómo quiere que jueguen los rossoneri.

El gran favorecido por el cambio de sistema ha sido Kaká, escorado a una banda durante el primer tramo de la temporada, al que la posibilidad de jugar por detrás de Balotelli le permite participar mucho más en el juego. Pese a ello, su rendimiento ha decaído en las últimas jornadas, perjudicado también por las lesiones, la última el pasado viernes frente al Bolonia, aunque no le impedirá medirse al Atlético. Por otro lado, los recién llegados Honda (que no puede disputar la Champions al haberla jugado ya con el CSKA de Moscú) y Taraabt , así como Robinho, se han visto favorecidos también por el nuevo esquema. Tanto ellos como Balotelli acaparan los tímidos elogios que ha recibido el Milan en 2014 gracias a su capacidad para asociarse entre sí en tres cuartos de campo.

En defensa las buenas palabras desaparecen. Sólo Rami se ha asentado en el eje de la zaga, mientras que por su lado han ido pasando Bonera, Mexes, Zapata o Zaccardo sin haber terminado de convencer a Seedorf. Para esta ocasión parece que el elegido será Mexes. Con los mediocentros la situación es parecida: sólo Montolivo parece tener el puesto asegurado, mientras que a su lado De Jong parte con ventaja respecto al resto de compañeros que optan a secundar al actual capitán del equipo. Para la ida contra el Atlético tanto Montolivo como Muntari serán bajas, por lo que De Jong y Essien se postulan como los posibles titulares.

Uno de los aspectos que aún debe pulir Seedorf es la facilidad del equipo para romperse en la transición defensiva. Muchos jugadores se suman en ataque, pero la precipitación da lugar a pérdidas y la hora de correr hacia atrás los mediapuntas, el delantero e incluso los laterales y alguno de los dos mediocentros no son capaces de recuperar su posición, por lo que ofrece grandes facilidades a los rivales. En este caso, De Jong y Essien pueden reducir esa debilidad.

También debe mejorar la salida de balón, especialmente sin Montolivo, pues la tarea recae sobre unos centrales que no se encuentran capacitados para realizar esa labor, mientras que los mediocentros no son capaces de ofrecer apoyos que permitan superar la primera línea de presión rival. Por ello, si la presión del rival es adelantada los centrales se ven obligados en muchos casos a buscar el juego directo con el delantero o un desmarque de ruptura de los mediapuntas. Sólo hay una salida de balón fluida cuando alguien de la línea de tres retrasa su posición para ofrecer un apoyo. Por todo esto, un ritmo alto de partido suele perjudicar al juego que pretende desarrollar.

Resulta paradójico que bajo este estilo de juego que pretende imponer Seedorf, el equipo se muestre mucho más efectivo en las transiciones ofensivas. Con espacios, las galopadas de Robinho (que tampoco podrá disputar el duelo frente al Atlético), Kaká y Taraabt, la potencia de Balotelli y las incorporaciones de los laterales generan mayor peligro que cuando el rival se ha acomodado en defensa y el Milan domina el balón. Por ello, teniendo en cuenta también las superioridades que crea el Atlético en banda, es posible que Abate ocupe la parte derecha en la línea de tres, pudiendo intercambiar también su posición con Emauelson, que seguramente comience como lateral izquierdo.

Para acabar, con la defensa organizada, la primera opción es presionar la salida de balón rival con el objetivo de recuperar rápido el balón. Pero para que esto ocurra, además de contar con un estado físico y mental encomiable, es necesario que se encuentren interiorizados todos los movimientos. De no ser así, el equipo deja espacios que permiten al rival zafarse de la presión y llegar al área milanista con facilidad.