2016 ha sido un año positivo en términos generales para Bruno, pero un año en el que ha sufrido muchos altibajos llegando incluso a plantearse su salida del Real Betis Balompié. Llegó al Real Betis en la temporada del ascenso y se asentó en el once titular debido a su gran nivel.

Sin embargo, tras más de un año compitiendo en Primera División, la palabra que define el juego de Bruno como defensa central es irregularidad. Es un jugador capaz de hacer partidos excepcionales pero también de cometer fallos ridículos que dan pie a ocasiones rivales. A pesar de todo ello, Bruno comenzó el año como lo ha finalizado, disfrutando de muchos minutos y de galones en la zaga verdiblanca. 

Totalmente asentado como titular

Durante prácticamente toda la temporada 2015-2016, Bruno formó parte de la pareja de centrales titular junto al argentino Germán Pezzella. Pepe Mel apostó al principio por Pezzella y el central alemán Heiko Westermann. Bruno entró por primera vez en el once debido a la lesión del excentral de River Plate. Una vez introducido en el equipo, apenas volvió a salir de él en el resto de la temporada. Se convirtió en el central fijo del equipo, ya que los cambios se sucedían en la otra posición de central. El cambio de entrenador que experimentó el Real Betis nada más comenzar 2016 no afectó a Bruno, ya que se mantuvo como un fijo en el once inicial. La competencia que tenía la pareja española-argentina no fue muy alta, pues Westermann salía de una lesión para introducirse en otra y Jordi Figueras nunca demostró cualidades para jugar en Primera Divisón.

Bruno vivió un verano tranquilo sin apenas rumores de salida, ya que el defensa canario estaba centrado y con el deseo de triunfar en el Real Betis. Fue uno de los pocos jugadores de la anterior plantilla con los que Gustavo Poyet, nuevo entrenador, contaba para la nueva temporada. Aissa Mandi y Ryan Donk, este último fichado el 31 de agosto, fueron los elegidos para competir por un puesto con Bruno y Pezzella. El club veía en Bruno un central joven, de garantías y con mucho futuro por delante. Además, es uno de los pesos pesados del vestuario bético, a pesar de no portar el brazalete de capitán.

De intocable a transferible

La llegada de Gustavo Poyet al banquillo de Heliópolis no supuso nada bueno para Bruno, ya que quedó relegado a un segundo plano. A pesar de jugar como titular en el Camp Nou en la primera jornada del Campeonato Nacional de Liga, Bruno pasó a ser el tercer o cuarto central de la plantilla. El técnico uruguayo tenía plena confianza en la pareja formada por Pezzella y Mandi. Bruno fue suplente hasta que Donk estuvo a punto físicamente.  A partir de ahí, el defensa tinerfeño pasó a quedarse fuera de la convocatoria. Esta situación le colocó en la rampa de salida con la vista puesta en el mercado invernal.

Todo cambió con la salida de Poyet. Al marcharse el entrenador uruguayo, toda la plantilla partía de cero con el nuevo técnico, Víctor Sánchez del Amo. Por tanto, la situación de Bruno cambió de forma radical. Por el momento, Víctor ha contado con cuatro centrales, Bruno, Pezzella, Mandi y el canterano José Crlos, en un sistema de juego en el que necesita de tres de ellos. Todos ellos han contado con minutos y han tenido la oportunidad de demostrar sus cualidades, pero parece que el más rezagado de las cuatro es Bruno. Sin embargo, Mandi se perderá gran parte de lo que resta de la temporada al disputarse la Copa de África, lo que obliga al Real Betis a traer a un central de garantías en el mercado de invierno. Por ello, Bruno deberá demostrar más seguridad y solidez defensiva si quiere seguir jugando en el Betis.