Alejandro Menéndez ha conseguido crear lo que el de momento presidente del Celta Carlos Mourinho deseaba con locura: crear un filial competitivo, que pueda aspirar al ascenso a la Segunda División tras años deambulando sin pena ni gloria por la categoría de bronce y por la Tercera División Gallega. Muchos movimientos de jugadores y nuevas perlas fichadas de otros equipos canteranos figuran en las alineaciones en cada partido del filial esta temporada, luego de que la cantera base del equipo se hiciesen mayores y decidiesen volar a otros equipos en busca de oportunidades para crecer futbolísticamente. Los Goldar, Jordán y Borja Domínguez han dejado paso a otros jugadores, no canteranos desde niños por el Celta, pero sí con el hambre y fútbol para dejar al Celta b en una gran posición en su grupo y quien sabe si optar a subir de categoría en un más que difícil ascenso a Segunda División.

Se fueron grandes promesas que nunca terminaron de arrancar, bien por el estancamiento de su fútbol o por la falta de oportunidades en el primer equipo, algo que cada vez se complica mucho. Se fichó bien, con jugadores contrastados de la categoría de bronce que, descontentos de pertenecer a un filial o a un equipo con pocas posibilidades de mejora, se adentraron en una experiencia jugosa en uno de los mejores filiales de España. Menéndez tiene un grupo con calidad y técnica, con desborde, con casta y con hambre de victorias (ya lo ha demostrado con 5 victorias en 8 encuentros) y estos son sus mejores jugadores:

Kevin

El gran capitán es también uno de los más veteranos del equipo. A pesar de sus 25 años quiso seguir vinculado a este proyecto cuando veía que todos sus compañeros buscaban oportunidades fuera del equipo gallego. No es el jugador más determinante, ni tiene un potencial ofensivo similar a Hugo Mallo en el lateral derecho, pero es un fijo en las alineaciones del Celta b desde hace años y su trabajo defensivo es de admirar. Pase quien pase, o se fiche quien se fiche, Kevin seguirá siendo el lateral derecho del Celta b y capitán de este equipo.

Gus Ledes

Uno de los nuevos fichajes, procedente de Braga. Es el Quaterback del equipo, actuando como mediocentro pero bajando mucho a recibir para dar salida de balón, muy al estilo Marcelo Díaz. En tareas defensivas luchador como pocos, con una intensidad muy superior a la media, lo que a veces le juega malas pasadas por falta de tranquilidad. Está eclipsando a otro gran jugador y debutante con el primer equipo como es Borja Fernández.

Hicham

El marroquí, otro nuevo fichaje celeste, es capaz de lo mejor y lo peor. Su buena condición física le hace soportar los partidos más difíciles y ha demostrado que tiene gol. Deberá mejorar su constancia, pues algunos partidos se esconde y no muestra su gran fútbol pero, cuando aparece, es capaz de decantar un partido.

Juan Hernández

Otro de los nuevos fichajes, el excelente jugador celeste aporta la velocidad que necesita el equipo cuando el partido se parte. Buena visión de juego, desborde, magníficas decisiones con la pelota, Juan es uno de esos jugadores de banda que necesita cada equipo. En el inicio de temporada está aportando tanto goles como asistencias, cada cual de más bella factura.

Brais Méndez

La perla por excelencia de Menéndez. Tanto de mediocentro como en la mediapunta o escorado a cualquier banda, Brais ofrece un derroche de técnica, de juego, de fantasía, esa misma que te hace pagar una entrada de fútbol y amortizarla con creces. En la pretemporada ya dejó buen sabor de boca con el primer equipo y es cuestión de tiempo que pueda dar el salto a la máxima categoría en su primera etapa tras salir de juveniles. Si la cabeza lo permite, un jugador que dará muchas alegrías a la afición celeste.

Borja Iglesias

El gladiador en la delantera. Pocos sienten los colores de la camiseta más que este santiagués, al cual se lo han rifado varios equipos de Segunda División y ha decidido seguir en el filial celeste. Muy buen juego de espaldas, envergadura y mucha participación y sacrificio en el juego. Además de todo eso, tiene gol. Lleva llamando a las puertas del primer equipo varias temporadas, sin éxito.