El ascenso nunca es fácil y la visita que iba a tener que hacer este domingo el Córdoba visitando a uno de los equipos que mejor se encontraba ahora mismo en la parte baja de la tabla y que quería cerciorar su permanencia tras una temporada muy difícil.

El partido iba a estar marcado por el nerviosismo y la intensidad desde que el colegiado Sagués Oscoz pitara el inicio del encuentro. Ambos equipos querían comenzar con buen pie y los nervios hacían que mantuviesen muy poco el balón.

A partir de los diez primeros minutos, el Córdoba decidió jugar con más paciencia y esperando a que su oportunidad llegase, mientras que el Mallorca, encabezado en todo momento por Lago Junior y Sissoko, buscarían puerta a la desesperada sin ninguna ocasión clara.

La defensa de los blanquiverdes volvía a ser la de siempre y la seguridad mostrada por los suplentes en la jornada pasada se vería continuada por un gran Deivid y Héctor Rodas que no iban a permitir que el sueño de ascender se escapase por un gol del Mallorca.

Los minutos iban pasando y las opciones iban llegando cada vez más por el lateral de Cisma y Fidel, hasta que finalmente llegaría el gol desde un saque de esquina. El extremo onubense iba a poner un gran pase al segundo palo, donde Héctor Rodas conseguiría darla al centro del área para que Florin Andone consiguiese marcar de cabeza. El susto llegaría en la celebración, donde los blanquiverdes se darían cuenta de la caída tan mala que había tenido el central tras dar el pase de gol, pero después de unos segundos en la banda, se reincorporaría sin ningún problema.

El final de la primera mitad estaría marcado por completo por la tensión en el bando balear, que veía como su juego no surtía efecto y algunas decisiones del colegiado no eran como querían, lo que haría que se calentase el ambiente hasta el pitido final de los primeros 45 minutos.

Un asedio bien defendido

La segunda mitad comenzaría con la entrada de Brandon por Pereira en el Mallorca y este sería algo que cambiaría por completo el partido de la primera a la segunda mitad.

Desde los primeros segundos con una jugada del recién llegado, los baleares se asentaron en la mitad del campo blanquiverde, exceptuando algunas jugadas aisladas del Córdoba donde buscaba a base del contraataque sacar un segundo gol.

Poco a poco iban adentrándose más en el área de Razak los jugadores de Fernando Vázquez, pero la defensa blanquiverde iba a seguir con una seguridad pasmosa y Deivid junto a Héctor Rodas seguirían achicando balones durante los segundos 45 minutos. Todo esto hacía que el Mallorca se fuese desesperando al ver que no llegaba el gol y el ambiente se iba calentando cada vez más entre los jugadores, viéndose enfrentamientos verbales como el de Brandon y Luso.

La tensión se iba apoderando de todos, incluido el banquillo blanquiverde, que exigía en el añadido que se terminase el partido ya que se habían pasado ya los cuatro minutos de más que había puesto el cuarto árbitro en el luminoso; pero tanta tensión haría que el colegiado perdiese el control del partido y en una decisión tal vez tomada a la ligera expulsaría a José Luis Oltra al final del partido.

Entre esta expulsión y una trifulca con Florin Andone llegaría el final del partido con los tres puntos para el Córdoba CF, que terminaba así la jornada en la quinta posición y le permite depender de si mismo en la última jornada para entrar en los playoffs con tres puntos de diferencia sobre el Osasuna.