Un paso al frente. El nuevo curso se abre para Carles Aleñá como el mejor de los escaparates bajo el manto de la categoría de plata. Impregnado en los aires de la Segunda División, Gerard López deposita su máxima confianza en la perla de Mataró, llamado a capitanear con soberanía la calidad emergente desde las filas del filial. Escorado a la banda derecha, olfateando de cerca la brisa que empapa el área rival, Carles Aleñá ha encontrado su nuevo hábitat natural sobre el verde, respondiendo con goles la confianza depositada desde el banquillo. El nuevo traje le sienta bien, logrando sumar en su bagaje tres goles en tres jornadas de forma consecutiva. El joven canterano azulgrana se encargó de abrir la lata en la goleada ante el Córdoba CF en el Miniestadi (4-0), volvió a rasgar el luminoso en la visita ante el Alcorcón (1-1) y ante el CD Lugo suya fue la diana que inauguró el marcador pese a la derrota (1-2). Determinación, potencia y raza sucumben desde su bota izquierda.

Carles Aleñá en pretemporada con el primer equipo. Foto: Gerard Franco, VAVEL

Con sólo 19 años acaba de firmar su renovación con el club de su vida hasta 2020, y Carles quiere más. Bajo las órdenes de Gerard López, el canterano ha jugado todos los minutos en estas seis jornadas del campeonato doméstico, demostrando que su liderazgo no es ninguna utopía. Aleñá baila sobre el tapiz al compás de la calidad que aflora bajo un ADN teñido de azulgrana. Tanto de pivote asociándose a la perfección con un magistral Ruiz de Galarreta como escorado a la banda derecha mirando con determinación la portería. Así llegó el empate ante el Alcorcón, batiendo a una escuadra que todavía no había encajado ningún gol esta temporada. Hasta que llegó él, Carles Aleñá, al compás de su zurda y una habilidad yacente en La Masía.

Pese a su juventud, la perla más prometedora de la cantera ya conoce el sabor del debut con el primer equipo bajo el mandato de Luis Enrique, y no dudó en responder con un golazo frente al Hércules en la Copa del Rey para empatar el encuentro. Aleña lleva toda la vida en La Masía, y sus sueños se tiñen de azulgrana. No tiene prisa por llegar al primer equipo, porque sabe que antes debe asentarse en un filial que lleva escrito su nombre. Izado como el capitán del barco, Aleñá sigue despuntando en el Barça B a un ritmo vertiginoso.

Forjado con mimo en la cuna de La Masía, Aleñá se viste como la perla con más talento de la cantera. Sin perder la humildad como bandera, el de Mataró responde con holgura a los galones atribuidos en el filial. Sin quererlo, él es el líder, la manija de una escuadra que mira de reojo unas cualidades innatas de una promesa que hace tiempo que pasó a convertirse en una realidad.  

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