El Barça llegaba al encuentro sin jugarse nada más allá del orgullo de puntuar en todos los partidos, mientras el Sporting tenía la opción de dejar fuera a toda una Juventus. Y suerte que se conocían estos datos, porque las sensaciones del partido no podrían haberse alejado más de eso.

Lo cierto es que el club que más se jugaba fue el que menos demostró sobre el terreno de juego. El Sporting saltó al campo sin las ganas que debía demostrar si quería sorprender a Europa pasando segunda de grupo. El dominio azulgrana, sin embargo, no se traducía en ocasiones claras de gol con demasiada frecuencia y no daba demasiadas esperanzas de cambiar el resultado en el electrónico.

No fue hasta la segunda mitad cuando llegaro los goles de los azulgranas gracias a un cambio en su mentalidad y en el estilo de juego. El primer gol llegó en el minuto 58, cuando Paco Alcácer fue capaz de rematar un magnífico córner de Denis Suárez al primer palo para conseguir su primer gol en Champions.

Tras eso, la entrada de Messi al terreno de juego acabó de revolucionar el partido a favor de los locales, que comenzaron a ser más verticales e impredecibles. Sin embargo, el segundo gol no parecía nada cerca de llegar. Tan lejos se veía que no llegó hasta el minuto 91, cuando un centro raso de Denis Suárez terminó al fondo de la red debido a un pobre despeje de Mathieu.

EL jugador más destacado del partido fue, sin lugar a dudas, Denis Suárez. El gallego aprovechó su oportunidad de manera magistral y demostró tener talento de sobras para formar parte del equipo. El Barça cierra así una magnífica fase de grupos y espera run rival para octavos que se conocerá en el sorteo del próximo lunes.

Once inédito pero sólido

Un FC Barcelona cargado de suplentes saltó al terreno de juego con ganas de demostrar muchas cosas. Jugadores menos habituales como Cillessen, Digne, André Gomes, Dennis Suárez, Alcácer o Aleix Vidal ocupaban saltaban al terreno de juego en la última jornada de esta fase de grupos. Junto a ellos estaba, obviamente, Thomas Vermaelen. El belga volvía a formar pareja en el centro de la defensa con Gerard Piqué en lo que parece que va a ser la defensa azulgrana, por lo menos, hasta que vuelvan Umtiti o Mascherano.

Pese a tenerlo todo hecho, los jugadores del Barça comenzaron el partido con un hambre envidiable. Este once inicial tan inédito y hasta peculiar, tenía muchas ganas de dejar buenas sensaciones en esta jornada final de Champions. A su vez, el Sporting llegaba al partido a un solo punto de la Juventus y con opciones de dejar fuera de las eliminatorias a la Vecchia Signora. Sin embargo, su imagen fue totalmente contraria a la mostrada por los locales. Como si asumiesen que los italianos no iban a pinchar, los de Lisboa comenzaron el partido con muy poca intensidad.

Tan poco enchufados comenzaron los de Lisboa, que el Barça tuvo su primera ocasión en lo que fue prácticamente la jugada inaugural del encuentro. Los de Valverde presionaban alto y agobiaban tanto a sus rivales el Sporting no tenía manera de pararlos. Los robos en campo contrario fueron la constante de la primera mitad, con una de las mejores ocasiones surgiendo de un balón recuperado por Alcácer casi en la frontal.

La pareja de centrales formada por Piqué y Vermaelen no tuvo demasiado trabajo durante el encuentro. | Fotografía: Noelia Déniz
La pareja de centrales formada por Piqué y Vermaelen no tuvo demasiado trabajo durante el encuentro. | Fotografía: Noelia Déniz

La mejor ocasión del Barça llegó, sin embargo, gracias a una gran conducción de Vermaelen. El central subió el balón de manera magnífica y puso un pase perfecto para que Suárez engañase y estuviese a punto de poner el 1-0 en el marcador. El belga fue, justamente, uno de los jugadores más destacados de la primera mitad. Con 61 pases y un 97% de acierto, fue el mejor pasador del Barcelona en los primeros 45 minutos.

El Sporting, por su parte, sufrió durante toda la primera mitad para contener a los azulgranas. Fue solo a partir del minuto 30 cuando los portugueses parecieron despertar y consiguieron combinar algo mejor, sacando un par de córneres. Esa pequeña superioridad de los portugueses terminó con una amarilla para Semedo, que no podrá disputar la ida de octavos de final. Por el contrario, poco duró la falsa tranquilidad de los visitantes, que vieron como el Barcelona recuperaba el control del partido de manera rápida.

El Barça fue capaz de dominar toda la primera parte pero no tuvo demasiadas ocasiones de peligro. La presencia de Aleix Vidal y Paco Alcácer en los extremos dejó a los locales con muy poco desborde en las bandas y muchas dificultades a la hora de crear. Una creación en la que destacó Denis Suárez, aprovechando sus minutos como único mago sobre el césped.

Volvió la magia

Poco tardó el Sporting en darse cuenta de sus necesidades. Jorge Jesus no quiso perder ni un minuto más y decidió cambiar la delantera en la media parte. Con la entrada de Gelson Martins y Bas Dost, en detrimento de Ristovski y Alan Ruiz, el Sporting esperaba una revolución en su creación de juego. Una revolución que, pese a los interesantes cambios, no pareció llegar.

El Barça, por su parte, continuaba necesitando algo de ilusión y magia que les permitiese crear algo más en ataque. Dicha ilusión llegó por parte de la grada en forma de aplausos en cuanto Valverde mandó calentar a Leo Messi. Y, como si el argentino ya se encontrase sobre el terreno de juego, sus compañeros subieron una marcha solo con verlo recorrer la banda.

Es intensidad les llevó a conseguir un córner en el minuto 12 de la segunda parte, cosa que no habían sido capaces de provocar en la primera mitad. Fue entonces, desde la esquina izquierda, cuando Denis Suárez puso un magnífico balón para que apareciese Paco Alcácer al primer palo y peinase el balón con suavidad hasta el fondo de la red. “Paco, Paco, Paquito Alcácer,” cantaba el Camp Nou para celebrar el primer gol del delantero en Champions. Un gol marca de la casa que llegaba gracias a un exquisito remate al primer palo.

Paco Alcácer se estrenó como goleador en Champions gracias a un gran remate al primer palo. | Fotografía: Noelia Déniz
Paco Alcácer se estrenó como goleador en Champions gracias a un gran remate al primer palo. | Fotografía: Noelia Déniz

Poco después, saltaba al terreno de juego Leo Messi. Y todo cambió. Es cierto que el Barça perdió algo de dominio de balón, pese a que siguió siendo muy superior al Sporting, pero a cambio apareció una verticalidad y una calidad ofensiva que no se había visto hasta la entrada del argentino. Antes de poder disfrutar de eso, sin embargo, los azulgranas estuvieron a punto de lamentar un gol en contra. Y es que Bas Dost pudo rematar totalmente solo ante Cillessen, pero el holandés realizó un verdadero paradón por el cual llegó a felicitarle su rival.

Tras eso, el partido cambió por completo. Pases entre líneas y a la espalda de la defensa comenzaron a volver aún más locos a los portugueses, que sufrían cada vez más en defensa. El Barça estaba siendo más vertical que nunca. El Sporting subió su intensidad, también, al notar el nuevo ritmo de los locales y verse con posibilidades de tener alguna oportunidad a la contra. Poco ocurrió en los próximos minutos, cuando ambos equipos siguieron planteando sus partidos sin tomar demasiados riesgos o buscar nada más.

Tanto estaban tardando en llegar las ocasiones y tan poco frecuentes eran, que el partido ya parecía haber terminado minutos antes del pitido final. Pero nunca puede quitarse el pie del acelerador en el Camp Nou. Había pasado ya el minuto 90, cuando el Barça metió un balón en profundidad para Denis Suárez en la banda izquierda. Fue entonces cuando el gallego puso el balón raso al área y, con toda la mala suerte del mundo, Mathieu la despejó al fondo de la red. El ex jugador azulgrana daba así el segundo gol a su antiguo equipo y condenaba a los portugueses de manera definitiva a la Europa League.

Terminaba así un partido con poca historia en el Camp Nou y se ponía punto y final a una fase de grupos que corona al Barça como primero de grupo. Los de la ciudad condal tendrán que esperar, ahora, al sorteo del próximo lunes para conocer a sus rivales en octavos de final. Por ahora, los posibles rivales ya confirmados son Basilea, Bayern de Munich y Chelsea; equipos que forman uno de los grupos de segundos clasificados más peligrosos de los últimos años.