El Granada CF se impuso en Los Pajaritos al Numancia por 1-3. Pedro y Joselu marcaron en la primera. En la recta final del partido, Manaj sentenció después de que Guillermo acortara distancias desde los once metros. El partido fue igualado, pero  los andaluces estuvieron mejor en los detalles.

El conjunto granadino llegaba a Los Pajaritos con el reto de ser el primer equipo que robara algún punto al Numancia en casa. Oltra tenía claro cuál debía ser el camino. El de siempre. Confianza en el bloque y maximización de las oportunidades. En la alineación solo introdujo una variante y fue por obligación: Menosse ocupó el lugar del tocado Saunier.

El Granada aprovecha los detalles

Los aficionados estaban aún sentándose en su butaca cuando el Granada se adelantó en el luminoso. Montoro, el futbolista más talentoso de la plantilla, afinó la mira telescópica para cruzar un balón a la espalda del lateral izquierdo soriano desde 50 metros. Por allí apareció Pedro, quién si no. El alicantino controló y batió a quemarropa la portería de Fernández. Solo corría el minuto cinco.

Pedro, máximo artillero nazarí, no faltó a su cita con el gol. (Foto: LFP)
Pedro, máximo artillero nazarí, no faltó a su cita con el gol. (Foto: LFP)

A partir de ese momento, los nazaríes pusieron la velocidad de crucero. Esa que conduce al partido a un ritmo donde aparentemente no ocurre nada. La lesión de Baena fue la única nota negativa del primer cuarto de hora para el conjunto andaluz. Oltra introdujo en su puesto a Alberto Martín, que recogió el brazalete de capitán de manos del malagueño.

El Numancia quería más y poco a poco le comió terreno al Granada. Los rojiblancos, vestidos de azul, no sufrían y cada tanto merodeaban la portería rival. Cuando parecía que los visitantes se limitaban a esperar el descanso, llegó su segundo tanto. Espinosa contactó  en el área con Machís, que disparó desde el flanco izquierdo. El guardameta numantino repelió el chut al punto de penalti, donde apareció Joselu para remachar el esférico. En otro partido igualado, el equipo nazarí volvía a sacar ventaja de los detalles.

Un correcalles inexplicable

No pudo comenzar mejor la reanudación para el Granada. Machís le ganó a espalda a la zaga local y, cuando se dirigía solo a la portería, fue agarrado por Markel Etxebarría. Roja directa. Gorostegui Fernández no dudó, aunque en el resto de encuentro pareció querer compensar a los locales con algunas decisiones. Los hombres de Oltra jugaban en ese momento a merced. Al son que marcaba un Montoro imperial. Machís se encarnó en el puñal que acostumbra ser las últimas semanas. Desde la izquierda llegaba todo el peligro andaluz. Aitor Fernández se lució con una mano, abajo a la izquierda, a un remate del venezolano. Unos minutos más tarde, el extremo asistió a Joselu, pero el onubense envió el balón por encima del marco soriano.

Machís y Manaj celebran la sentencia. (Foto: LFP)
Machís y Manaj celebran la sentencia. (Foto: LFP)

En ese momento, el choque ya se había convertido en un correcalles. Lo hizo a partir de una falta que Íñigo Pérez estrelló en el larguero tras tocar en la barrera. Con uno más, el Granada daba vida al Numancia de manera incomprensible. En la jugada posterior a la ocasión de Joselu, llegó la mejor para los rojillos. Javi Varas, con una reacción felina, rechazó un tiro de Manu del Moral a bocajarro. El partido era un intercambio de golpes. El cuadro granadino esperaba en su campo para matar a la contra. Oltra dio entrada a Rey Manaj por Joselu para dar refresco a la zona de vanguardia.

Antes de ser sustituido por Quini, Pedro perdonó la sentencia en un contragolpe fugaz del Granada, incapaz en la segunda de concretar esas jugadas de peligro. Todo hacía indicar que el choque se conducía a un inevitable 0-2. Nada más lejos de la realidad. A falta de tres minutos para el final, el colegiado decretó penalti por un supuesto derribo de Montoro a un rival dentro del área. Guillermo convirtió desde los once metros y puso el nerviosismo momentáneamente en las filas visitantes.  60 segundos duró a incertidumbre. Lo que tardó Machís en desbordar por enésima vez para servir el tercero a Manaj, que solo tuvo que empujar el esférico a la red.

El encuentro no tuvo más historia. Los nazaríes vencieron en un feudo hasta ahora inexpugnable. Y lo hizo de un modo muy reconocible. Este equipo se está convirtiendo en experto a la hora de ganar con lo justo. No errar y aprovechar los fallos rivales. Parece muy simple pero no lo es. A la mínima que hay un despiste, ocurre lo de Tarragona. El cuadro de Oltra, que aún tiene margen de mejora, de oficio va sobrado. El triunfo en Soria es de campeonato, como dijo Varas en la previa. Todavía queda mucho, es cierto. Sin embargo, este Granada ya duerme en puestos de ascenso directo.