A bandazos, así está siendo la temporada de Club Atlético Osasuna. Lo que gana fuera lo pierde en casa.

Esperpéntico partido disputado en el estadio del Sadar por parte del conjunto local. Osasuna realizó un único disparo en los 93 minutos que hubo de partido añadiendo el descuento. Pitidos en el descanso y pitidos al final del encuentro, poco le faltó al Reus para llevarse el gato al agua en el minuto 91.

Diego Martínez no da la talla

A Diego Martínez le queda grande Osasuna, no hace falta que pasen más jornadas para corroborarlo. Ya van unas cuantas y nada cambia. Que no se engañe el futbolero que mire la clasificación y vea a Osasuna entre los 10 primeros, si lo está es porque con la plantilla que tiene no tendría menos puntos ni aunque los futbolistas se entrenaran solos. 

Decía Sergio Herrera durante la semana previa al encuentro que ya era hora de que la afición de Osasuna pudiera ver un encuentro disfrutando de su equipo. Nada mas lejos de la realidad sucedió todo lo contrario. Podéis tener claro que el guardameta burgalés no es un visionario. 

Si el fútbol fuera justo el partido debía habérselo llevado el Reus Deportiu que fue el conjunto que llevó el peso del encuentro, que genero mejores ocasiones y que trianguló mejor. Con un presupuesto infinitamente inferior al del cuadro rojillo el conjunto catalán se paseó por Pamplona. Cuando suceden este tipo de cosas es que el problema está en los banquillos.

Durante la primera mitad, se pudieron ver varios tiros lejanos de un Reus muy atrevido y que para nada salió al Sadar a encerrarse sino todo lo contrario. Karim Yoda se las apañó por si solo para ser un quebradero de cabeza para la zaga rojilla aunque el delantero africano no estuvo acertado en sus decisiones finales. 

Osasuna no hizo nada que destacara durante los primeros 45 minutos lo más destacable fue que Fran Mérida perdía más balones que nunca y no daba pie con bola, se la pasaba más a los futbolistas del Reus que a sus propios compañeros. 

Osasuna fue el antifútbol total.

Tras el paso por el túnel de vestuarios nada cambió en el cuadro local que seguía deambulando por el césped mientras que el Reus Deportiu mordía. Una jugada aislada en la que Quique estrellaba un balón en la madera fue la única ocasión de gol de Osasuna. Quique trabaja más que nadie, aporta muchísimo pero siendo sinceros no le marca un gol ni al arcoiris. Bueno sí, al Reus le marcó uno en la primera mitad pero en fuera de juego, bien anulado por el colegiado Bikandi Garrido 

Borja Lasso, por su parte, sigue sin mostrar esas cualidades que le hacían una joya para cualquier equipo de la Segunda División en el pasado mercado invernal. Tampoco fue el mejor partido de Kike Barja desde que se asentara en el primer equipo del Club Atlético Osasuna. Al extremo zurdo no le salió un centro en condiciones. 

El equipo local volvió a salir de inicio con sus dos delanteros, Quique y David Rodríguez de inicio y no disponía de ningún otro en el banquillo para revolucionar un encuentro en el que se veía más que espeso. Los cambios fueron Rober Ibáñez y  Roberto Torres, a cada cual peor. Ibáñez no tocó un balón y Torres los que tocaba los perdía con extrema facilidad. 

Después de los partidos a los que Osasuna tiene acostumbrado a su afición lo más extraño de todo es que aun tenga opciones de Play-Off. Una cosa, parece ser, que está cada vez más clara en la parroquia rojilla y es que Diego Martínez no saca partido a sus futbolistas y que su equipo hace un juego soso, aburrido y en ocasiones lamentable.