El club de Concha Espina volvió a su competición predilecta en lo que era, además, el debut de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid en el máximo torneo intercontinental. El equipo blanco disputó un partido muy serio y consiguió un botín importante (0-2) para afrontar con plena confianza la vuelta en la capital de España. Cristiano Ronaldo, al inicio de la segunda mitad, y Jesé, en la recta final del encuentro, fueron los autores de los goles del cuadro madrileño

Dominio sin peligro

El Real Madrid salió valiente y decidido a llevarse un buen resultado de la capital italiana. El conjunto blanco apostó por una presión intensa sobre la salida de balón de los romanos, una situación que dio sus frutos en varias ocasiones, especialmente cuando el balón llegaba a los pies del dubitativo Rüdiger. Con este factor, unido a la mayor calidad técnica del equipo madrileño, los visitantes comenzaron a disfrutar de largas posesiones de balón, con Toni Kroos distribuyendo a la perfección el esférico e Isco y Marcelo muy activos en la parcela ofensiva.

El único peligro de la Roma llegó por la velocidad de Salah y El Shaarawy

La AS Roma se defendía muy replegado, con las líneas muy juntas e intentando colapsar la zona central, dejando libertad para sacar el balón jugado únicamente a los centrales blancos. Ofensivamente, la idea de juego era muy clara: recuperación y balón para Salah, que dio diversas muestras de su enorme velocidad y llevó cierto peligro al área defendida por Keylor Navas, que sin embargo no tuvo que intervenir y fue un espectador más en los primeros 45 minutos de partido.

Salah y Varane pugnan por un balón | Foto: uefa.com
Salah y Varane pugnan por un balón | Foto: uefa.com

El conjunto transalpino comenzó a liberarse sobre el terreno de juego y aumentó su tiempo de posesión, buscando desestabilizar a la zaga blanca con la velocidad de Perotti, El Shaarawy y Salah. Sin embargo, la defensa del Real Madrid, algo dubitativa al comienzo, fue ajustando su engranaje, lo que unido a la efectiva presión le permitió a los madridistas no sólo volver a hacerse los dominadores de la pelota, sino también disfrutar durante muchos minutos de ella. Pero en el fútbol cuentan los goles, y el equipo entrenado por Zinedine Zidane tampoco puso a prueba al guardameta romano.

Quien más cerca estuvo fue Marcelo, que pasada la media hora de juego y tras una combinación con Cristiano Ronaldo, golpeó de volea y el balón se marchó junto al poste. Los blancos dominaban sin crear peligro y, llegando al final de la primera mitad, estuvieron cerca de irse a los vestuarios con un marcador adverso. De nuevo un contragolpe, esta vez protagonizado por El Shaarawy, provocó que el jugador de origen egipcio llegara hasta el área y, cuando se disponía a disparar, se encontró con un providencial Varane que se cruzó a la perfección y desvió el balón a saque de esquina. 

Llegó la reivindicación

Tras el paso por los vestuarios, el guión del partido cambió radicalmente. El conjunto entrenado por Luciano Spalletti se adueño del balón e incomodó al Real Madrid hasta el punto de que Keylor Navas, gracias a su habitual velocidad para salir a tapar huecos, evitó el tanto de El Shaarawy en la primera gran llegada del cuadro italiano. Pero dos minutos después, el marcador se movió. Marcelo recibió pegado a la banda izquierda y envió un pase en profundidad hacia Cristiano Ronaldo, que protagonizó una gran arrancada y un recorte para disparar hacia la portería defendida por Sczcesny. La pelota golpeó en la pierna de un defensor y entró por la escuadra, desatando la euforia en los jugadores madridistas.

Jesé demostró su valía en pocos minutos sobre el terreno de juego

El tanto del jugador portugués supuso un jarro de agua fría para los locales, que pese a estar unos minutos desconcertados sobre el terreno de juego, apelaron al siempre carácter competitivo italiano para reponerse y volver a llevar peligro al área blanca. Spalletti dio entrada a Dzeko por El Shaarawy, y el bosnio junto a Salah se convirtieron en los grands protagonistas del ataque trasalpino. Sin embargo, la ocasión más clara de la Roma llegó por mediación de Vainqueur, que tras recibir un pase de Dzeko, disparó con potencia desde la frontal y el balón se marchó muy cerca del poste.

El Real Madrid celebra el tanto conseguido por Jesé | Foto: uefa.com
El Real Madrid celebra el tanto conseguido por Jesé | Foto: uefa.com

A partir de ese momento, la necesidad de marcar un gol de los romanos y el cansancio provocó que el partido se abriese definitivamente, lo que se tradujo en ocasiones de gol para ambos equipos. Cristiano Ronaldo y Benzema estuvieron cerca de ampliar la ventaja blanca, especialmente el portugués por un cabezazo que se marchó rozando el palo. La AS Roma también tuvo alguna ocasión, esta vez por medio de Dzeko, que estrelló el balón en el lateral de la red.

El partido daba la sensación de cierto desgobierno y ningún equipo se adueñaba del mismo. Toda la grada presente en el Olímpico comenzó a aplaudir intensamente cuando vio a su ídolo, Francesco Totti, preparado para saltar al terreno de juego. Sin embargo, antes de la entrada del capitán, un duro mazazo impidió a los italianos seguir aplaudiendo. Jesé, tras una gran acción individual, conectó un disparo raso y ajustado desde dentro del área que terminó besando la red y estableciendo un 0-2 en el marcador que deja la eliminatoria encarrilada para el Real Madrid.