El Real Madrid volvía al Bernabéu con la idea de no rendirse ante la difícil realidad a la que están enfrentados en este momento. Su entrenador Zinedine Zidane fue claro: "Nunca voy a tirar la toalla ni me voy a rendir, como marcan los valores de este club". El equipo tuvo que replantear sus objetivos, ir partido a partido tratando de conseguir victorias que ayudaran a restituir la confianza perdida, tanto individual como colectiva.

Enfrente tenían al rival tal vez ideal, el Deportivo La Coruña que está ubicado en los últimos lugares de la clasificación y que ante la necesidad de salir de esa zona peligrosa esperaba poder plantarse en el Bernabéu e intentar hacerle daño a un Madrid disminuido.

Teniendo en cuenta la diferencia de puntos del Real Madrid con el líder Barcelona de 19 puntos, el equipo necesitaba sumar puntos, no tanto para acercarse a la punta, si no para mantenerse en los puestos de Champions League.

Zinedine Zidane decidió poner en el once inicial a Borja Mayoral junto con Cristiano y Gareth Bale, aunque Karim Benzema ya había regresado a la convocatoria. También decidió dejar a Isco en el banquillo y confiar en su medio campo de costumbre Casemiro, Kroos y Modric. En la defensa la lesión de Ramos mantiene a Nacho como titular y precisamente él, fue protagonista del partido.

De inicio, el partido se presentaba como de costumbre, con el Madrid más dominante, pero sin definición y con el rival adelantándose en el marcador primero. En el minuto 23 Adrián anotó el 0-1 que genero miedo, algo que el equipo en el campo pudo manejar.

Diez minutos después lograron empatar el encuentro con gol de Nacho tras asistencia de Marcelo y poco tiempo después Bale apareció para adelantar al Madrid en el marcador con un fantástico gol que hizo con su zurda, con la que logró una curva con el balón que sobrepasó al arquero rival. Tras el descanso la historia del partido siguió creciendo a favor de los merengues.

En el segundo tiempo fue un monólogo del Real Madrid y gracias a un gol más de Gareth Bale de cabezazo, un tanto de Luka Modric de fuera del área, un doblete de Cristiano y un cierre de oro de Nacho, el partido finalizó 7-1. Un marcador y una actuación imponente cuya función primordial fue la de generar más confianza dentro del equipo y reencontrar a algunos jugadores, en especial a Cristiano Ronaldo, con el elusivo gol.

Aparte de que CR7 volvió a aparecer en los marcadores de La Liga, se vio a un Gareth Bale tomando velocidad e importancia en el juego del equipo, además de que Nacho relució por si labor defensiva, pero también de ataque, poniéndose gran peso del partido a sus espaldas. Pero por más que el marcador hubiese sido tan favorable, el encuentro no fue perfecto y algunas fallas defensivas siguen siendo notorias.

La victoria sin dudas significa algo de alivio dentro de los jugadores, Casemiro lo resumió con dos palabras: “Por fin”. Para el brasileño haber ganado el partido fue justo, en especial al actuar del equipo tras el gol del Depor: “Hemos reaccionado bien y sobre todo, no estabamos bien arriba pero hoy ha sido un partidazo de todos”.

Zidane confía en que el partido de este domingo sea la vuelta a la página de sucesos desafortunados que se han presentado en lo que va de temporada, en especial en liga. “Me alegro, porque el equipo lo necesitaba”, dijo el francés.

De esta manera el Real Madrid espera poder acercarse cada vez más al nivel al que ya han demostrado ser capaces de conseguir y así llegar al vital encuentro contra el PSG por Champions League de la mejor manera posible.