El Real Zaragoza sigue con su 'operación salida' particular. En esta ocasión, el que ha hecho las maletas para abandonar la disciplina zaragocista ha sido Pablo Alcolea, con el que no se contaba para esta temporada. El guardameta, que abandonó la concentración del equipo este martes por la noche para cerrar su futuro, defenderá la portería del CD Toledo (Segunda División B) en calidad de cedido.

Ya el pasado verano, ante la llegada de Manu Herrera y la continuidad de Bono, se especuló hasta el último día del mercado de fichajes sobre su futuro. Finalmente no se movió del club aragonés, una decisión arriesgada sabedor de la competencia que tenía y que se materializó ni jugando el partido de Copa del Rey en el que el conjunto aragonés caía derrotado ante el Llagostera.

El guardameta, ligado al Real Zaragoza desde los 12 años, hizo su debut oficial con el primer equipo un 23 de febrero de 2013 frente al Valencia en La Romareda, después de que Leo Franco viera la tarjeta roja. El conjunto aragonés terminaría descendiendo de categoría al final de esa temporada y desde la parcela deportiva se decidió apostar por Alcolea ese mismo verano, ofreciéndole un contrato con el primer equipo por cinco temporadas.

A pesar de esto, el papel de Pablo Alcolea en estos tres años ha sido de secundario. Relegado al banquillo o ni siendo convocado, ninguno de los entrenadores ha apostado realmente por él. Solo la lesión de Bono en la 26ª jornada de la temporada 2014/2015, sumado al bajo momento de Óscar Whalley, hizo posible que obtuviera la titularidad durante los siguientes siete partidos. En ellos, el arquero entrelazó buenas actuaciones con otras menos destacadas, y que costaron algún punto. Con la recuperación de Bono, Alcolea volvió a ser relegado al banquillo, dejando un balance de nueve goles encajados.