Tardó en llegar, pero el Real Zaragoza ya sabe lo que es ganar fuera de La Romareda. En el lugar ideal y en el momento ideal, no así las formas. Aunque la Segunda División tiene estas cosas. No obstante, se nota que los de Agné empiezan a encontrar su sitio en una categoría a la que no es fácil tomarle el pulso.  La alineación del entrenador blanquillo sentaba a Lanzarote y daba entrada a Dongou, cuyo regreso tras la lesión ha pasado por encima de Juan Muñoz. Cani caía a la banda derecha y al horizonte, dos delanteros guerreros. También destacó la continuidad de Xiscu en el once, que tiene crédito para largo

Más continente, que contenido

La primera parte comenzó con un Zaragoza que parecía dominar, aunque ese control inicial se desfiguraba por el juego espeso y soporífero de ambos. Bien es cierto que los visitantes salieron al campo más activos que su rival, liderados por Ángel, que contagió a Dongou del desfonde que necesita el equipo. La posesión también caía del lado aragonés, que andaba más tranquilo que el Rayo. El Zaragoza explotó la banda izquierda con Xiscu y José Enrique como protagonistas en la creación de peligro. En cambio, el otro extremo emulaba un desierto. Cani intentaba tener presencia en el interior, pero está claro que en ese puesto no veremos al mejor de Torrero.

La defensa blanquilla, bien plantada, achicó cualquier intentona vallecana de hacer daño. El Rayo poco a poco recuperaba galones, pero al igual que su rival, estaban viscosos como la niebla. Al Zaragoza le costaba salir con el balón jugado, tampoco era la intención, y los pases directos se perdían entre piernas, que a veces daban patadas que no tenían penalización. Los movimientos de Ángel y Dongou serían lo más destacado de esta primera mitad difícil de contar, pero la solidez defensiva de Zé Castro y Quini desvirtuaron los ataques maños.

El que falle, pierde

Tras el descanso, el partido continuó igual. El balón cambiaba de poseedor pero nadie decía una palabra más alta que otra. Todo en orden. Sin embargo, las ocasiones de gol empezaron a llegar. Primero Dongou, a la salida de un córner y una jugada embarullada dentro del área, estaba a punto de marcar. A continuación, Javi Guerra provocó el primer sobresalto en el sillón del maño. Una pérdida imberbe de Javi Ros en el centro del campo, dio pie a un contragolpe rayista, que acabó con Javi Guerra errando a portería vacía tras haber superado a Irureta. Después de estos dos sustos, uno para cada equipo, llegó la miga.

Cani apareció por primera vez en el minuto 59. El aragonés filtró un pase entre la defensa franjirroja a Dongou, el camerunés definió bien y el colegiado anuló el gol por fuera de juego. El gol anulado al Zaragoza despejó la mente del conjunto local, que se acordó que jugaba en casa y adelantó las líneas de presión. Los de Baraja llevaban el peligro por la banda y los centros al área de Irureta se volvieron constantes. Por su parte, la contundencia de Silva y Cabrera mantuvo a los blanquillos en pie. Y cuando peor lo estaba pasando el Zaragoza, llegó el favor de Gazzaniga.

Ocho meses después, victoria a domicilio

Corría el minuto 72, Dongou recibió de espaldas a la defensa, entrelíneas pasó el balón a Ángel, pero la defensa llegó antes que el canario. Moreno cedió el balón a su portero para que despejara, pero cuando lo iba hacer, pasó lo que nadie esperaba. Gazzaniga golpeó al aire en lugar de al balón, y este se coló por debajo de las piernas del argentino y entró con tristeza en la portería del Rayo. 0-1 a favor del Zaragoza y aún quedaba más. Diez minutos después, José Enrique cambió de banda para Xiscu dejando colgada a la defensa vallecana, el canterano se metió en el área y Quini, cometió un penalti muy dudoso. Ángel se encargó de disparar desde los once metros y puso el 0-2 en el marcador.

Cuando el partido llegaba a su fin, el Rayo Vallecano pinchó a los intereses zaragocistas. No por el gol que supuso el 1-2, sino por la segunda amarilla que recibió Marcelo Silva por cometer penalti sobre Javi Guerra y que le impedirá enfrentarse al Girona en la siguiente jornada. Y es que el central es imprescindible para el bloque aragonés. El ariete local batió a Irureta desde los once metros para poner el 1-2 y a continuación, Arias López pitó el final. La otra nota negativa fue la lesión de Carcelén, que se tuvo que retirar por un problema muscular. El Real Zaragoza venció por primera vez fuera de casa en la presente temporada, ocho meses después de hacerlo en Valladolid la pasada campaña. Bálsamo para relajarse en Navidades y volver con más fuerza.

Así lo vivimos en Vavel