Dos jugadores de la actual plantilla del Rayo Vallecano militaron en la Sociedad Deportiva Huesca en temporadas pasadas. Hablamos del defensa 'Chechu' Dorado y el atacante Toni Rodríguez, que podrían regresar a la que fue su casa si Míchel les introduce en la citación.
El extremo gallego fue el último en llegar a Vallecas. Ascendió a Primera División desde Leganés la temporada pasada compartiendo el mismo vestuario que Lluís Sastre, César Soriano y Borja Lázaro. Puso fin a dos temporadas como pepinero agradecido por la oportunidad pero ansiando disputar unos minutos que en Butarque no iba a tener. Toni jugó en el Huesca durante la temporada 2010/11 estando cedido por el Real Club Celta de Vigo y firmando al final de aquella campaña un total de dieciséis partidos disputados con gol incluido al Recreativo de Huelva. Volvió a Balaídos y se mantuvo en el primer equipo llegando a jugar en la élite. En 2014 hizo las maletas y se fue a Estados Unidos para probar fortuna en la MLS, donde jugó para el Kansas City participando en diecinueve partidos marcando un tanto al New York RB. Volvió a España al finalizar la temporada americana y se enroló en el Club Deportivo Lugo hasta junio de 2015, regresando al escaparate nacional que le llevó más tarde al Club Deportivo Leganés jugando en Galicia veinte partidos anotando tres dianas. Esta temporada no está participando en exceso, firmando menos de una hora entre dos partidos de liga estando más tiempo en el banquillo o en la grada que sobre el verde.
Quien ya es toda una autoridad en Vallecas es el cordobés 'Chechu' Dorado. El veterano central de treinta y cuatro años vive su segunda temporada consecutiva en el equipo franjirrojo y el pasado sábado no participó con su equipo en la victoria (2-1) frente al Club Deportivo Lugo por estar aquejado de unas molestias musculares que espera superar durante esta semana.
Dorado defendió El Alcoraz durante tres temporadas consecutivas (2007-10). Llegó procedente de la Unió Esportiva Lleida tras ser criado en la cantera del Real Zaragoza. Contribuyó a conseguir el primer ascenso del club oscense a Segunda División disputando hasta su marcha más de ciento vente partidos como azulgrana anotando un único tanto. En 2010 fichó por el Real Betis Balompié y jugó dos temporadas más en Segunda llegando a Primera en 2012, aunque su participación se redujo considerablemente tras la incorporación de Paulão a la disciplina bética.
Se fue entonces al Villarreal Club de Fútbol como una apuesta personal de Marcelino García Toral, con quién regresó y siguió en la élite durante otras tres temporadas consecutivas hasta que en 2015 se vinculó con la entidad vallecana después de pasar por el quirófano, descendiendo de categoría en su primer año sin tener mucho protagonismo. Esta campaña suma veinte encuentros como rayista siendo titular en todas las contiendas y formando pareja habitualmente con Zé Castro, con quién podría regresar a la competición en la que fue su casa en la próxima jornada.
