El Gordo de la Lotería de Navidad también tocó en Alcorcón. El equipo de Julio Velázquez hizo realidad el sueño de meterse en los octavos de final de la Copa del Rey al ganar al RCD Espanyol en la tanda de penaltis. Los alcorconeros, que secaron a los blanquiazules en el primer tiempo, se adelantaron en el primer tiempo con un gol de Álvaro Giménez. Respondería el Espanyol en los últimos minutos del segundo tiempo con el tanto de Hernán Pérez. Al final, la tanda de penaltis decidió una eliminatoria en la que el Alcorcón, por ganas y fútbol, fue el justo vencedor.

Un inicio perfecto

El Espanyol estuvo incómodo, enredado en una telaraña de jugadores amarillos que desdibujó el planteamiento de Quique Sánchez Flores en la primera parte. Los pocos espacios que había en la zona defensiva del Alcorcón acabaron por desquiciar a Jurado, desaparecido entre los centrales alfareros y muy lejos de su zona de influencia. Julio Velázquez apostó por Nelson en el lateral izquierdo y Bellvís en el centro de la zaga, algo que le acabó saliendo bien al técnico salmantino.

Diego Reyes tuvo el gol del empate en la última ocasión del primer tiempo

A falta de David Rodríguez, sentado en el banquillo de suplentes en el día de hoy, la tarea del gol volvió a recaer, como ya sucediera en la victoria ante el Elche en la tercera ronda copera, en Álvaro Giménez. El delantero alicantino fijó a la perfección a los centrales blanquiazules con sus rápidos desmarques, obligando a Javi Fuego a retrasar más su posición para facilitar las coberturas defensivas. Sin embargo, el plan le acabaría saliendo mal al Espanyol, porque en la salida de un córner Álvaro Giménez consiguió ganarle la posición a toda la defensa blanquiazul y poner el 0-1 en el marcador con un precioso cabezazo. Un gol le daba el pasaporte al Alcorcón para los octavos de final, pero el Espanyol no lo iba a poner fácil. Tras el gol, los madrileños bajaron la intensidad y se dedicaron a defender el resultado. Antes de llegar al descanso, Diego Reyes falló inexplicablemente un remate en línea de gol tras un córner, en la última jugada del primer tiempo.

Papeles cambiados

Quique Sánchez Flores fue a por el partido en la segunda parte e intentó meterle un poco más de velocidad a los suyos en ataque: sustituyó a Caicedo y Reyes por Melendo y Hernán Pérez. Y el Espanyol comenzó a carburar. Hernán Pérez y Gerard Moreno tuvieron un par de ocasiones claras para igualar la contienda, pero en ambas Nelson, uno de los mejores del Alcorcón hoy, acabó despejando. El Espanyol seguía llegando con claridad a la portería de Dani Jiménez, algo que no gustaba a Julio Velázquez. El técnico amarillo apostó por reforzar el centro del campo y metió a Víctor Pérez por Álvaro Rey.

A pesar de no acertar las claras ocasiones que dispusieron los locales en los minutos iniciales del segundo tiempo, el Alcorcón se fue apagando con el paso de los minutos. David Rodríguez y Samu Delgado salieron en el tramo final con la intención de dar frescura al ataque amarillo, pero ninguno de los dos pudo solucionar los problemas. Al final, en el último suspiro, al igual que en el 2014, el Espanyol igualó en el minuto 83 con el gol de Hernán Pérez, que aprovechó una maravillosa asistencia de Jurado para mandar el partido a la prórroga y encender Cornellà.

El último esfuerzo

Nada más reanudarse el encuentro, David Rodríguez tuvo el 1-2 en sus botas con un remate en el área chica que acabó marchándose alto. El derroche físico que realizaron los dos equipos durante los 90 minutos fue heroico, algo que se notó en los minutos posteriores, donde algunos jugadores sufrieron varios calambres. El segundo tiempo de la prórroga dejó claro dos cosas: la primera, que el Alcorcón parecía estar mejor físicamente que su rival y la segunda, que el Espanyol tenía ya entre ceja y ceja la tanda de penaltis. Ganó la segunda opción: la eliminatoria se decidiría en los penaltis.

Los penaltis siempre son una lotería. Hay muchos factores que pueden influir en una tanda de penaltis: la condición física del jugador, las características del jugador a balón parado y, sobre todo, el aspecto anímico y mental. Plano, el mejor del partido por parte del Alcorcón, falló el tercer penalti, el de la tranquilidad. Sin embargo, el destino le tenía preparado al Alcorcón el mejor de los regalos para Navidad: los penaltis errados por Gerard Moreno y Jurado le dieron el premio final al Alcorcón, que se mete en el sorteo de los octavos de final de la Copa del Rey. El 'Alcorconazo' vuelve a ser una realidad.